miércoles, 1 de septiembre de 2010

Picapedrero

CTV LARA ¿En el Colegio de Médicos?

Definitivamente, amigo Bonifacio, no es que, no se me consiga orilla, es que no me dejan llegar algunos políticos anclados en el pasado y vamos al grano. Fue Rómulo Betancourt, quien fundara a AD, sobre el principio del "policlasismo" de allí nació, bajo la conducción de Alejandro Oropesa, la Asociación Nacional de Empleados, hasta convertirse en Confederación de Trabajadores de Venezuela, (1947) en cuyas presidencias, de Francisco Olivo, González Navarro, José Vargas y ese titán que fue, Juan José Delpino, se les escuchara y respetara, a extremo que aquellos, conformaban el Buro Sindical de AD, bajo la premisa que, primero estaban los interés de los trabajadores y luego, los del partido, por ello el respeto mutuo entre estos y los líderes del partido, a la cabeza de Betancourt. A ese respecto, se unió Fedecamaras, (1944) lográndose grandes conquista laborales hasta que la corrupción minara a ciertos sindicalistas y finalmente Chávez, les desconociera, porque no cree en los trabajadores organizados y ya, embuchados lideres habían ahorcado sus ideales, no sin antes, "aniquilar" a su último dirigente, Carlos Ortega, víctima del “adequismo autocrático y corrompido” que tiene secuestrado al viejo" partido del pueblo," prueba de ello, ha sido la presencia en Lara de Manuel Cova, insepulto presidente de la CTV, pero a la vez, su sepulturero, al tener que acudir a la sede del Colegio de Médicos de Barquisimeto, porque su vieja casa, les fue arrebatadas a esos sindicalista de papelillo, revendedores de los intereses de los trabajadores, por una mafia chavista, sindicalera e inescrupulosa.

Para 1936, a la muerte del “sátrapa” de Juan Vicente Gómez, la democracia era el objetivo y los trabajadores de la ciudad y del campo sus beneficiarios, por ello, Rómulo Betancourt les propuso… “organizarnos y educarnos para la democracia” y una “alianza de clases”, trabajadores y empresarios progresistas, emprendedores, que a su vez, se constituyeron en FEDECAMARAS, y allí se formo un liderazgo representativo, como el de Rafael Marcial Garmendia, que por igual, visitaba Miraflores, como a la CTV -- el pudiera escribir -- su experiencia, que permitió reivindicaciones laborales, demostrando que el dialogo franco, permite alcanzar objetivos concretos. Por supuesto, la bonanza petrolera y la corrupción generaron un empresariado de otras mentalidades y la política para ello, fue fundamental para sus tropelías, donde cabe recordar a los “Doce apóstoles” que denunciara en la Cámara de Diputados, Luis Piñerúa Ordaz, de quien hicieron todo lo posible, para que no alcanzara la presidencia de la república. Frente a aquel estado de cosas, la CTV, paso pruebas, se mantuvo, a pesar de las corruptelas de algunos de sus dirigentes, vendidos, abozalados, de “dientes superitados y personalidad entupida” como me los retratara una noble militante de la clase trabajadora, doña Pastora Colmenárez.

La llegada de Chávez al poder, tuvo como propósito, desmantelar a la Confederación de Trabajadores de Venezuela, comenzando con FEDEPETROL, cuyo líder Carlos Ortega, lo vencería, al lograr la presidencia de la institución y con Ortega, hubo un relanzamiento de la misma. Ortega puso a Chávez en su sitio y por ello lo persiguió, sabía lo que valía, pero que no lo entendieron quienes le hicieron el juego a Chávez, declarándose entonces la muerte de la CTV, hoy, sin ninguna prestancia. Alfredo Ramos, honesto y preparado, abandonó sus luchas sindicales, no puede por tanto, verse su aspiración como tal, sino propia de un dirigente social. Es nula, de toda nulidad la presencia sindical en las listas a la Asamblea Nacional, bien porque muchos abandonaron la lucha, sin dejar de tener razón y otros, porque no los toman en cuenta. Lo que queda, hay que mirarlo con admiración, porque la arremetida chavista es temible, pero convencidos estamos que, sin organizaciones sindicales, los trabajadores dependerán siempre de la voluntad del patrón, que es el gobierno o el empleador, ambos buscan ahogarlos, salvo honrosas excepciones, de allí que, sea lapidaria la definición, que del rol de los trabajadores en la democracia, diera para 1936, un zapatero, Augusto Malavé Villalba: …”Si a los obreros se nos aparta de los partidos políticos entonces daremos margen para aceptar aquello que tanto les interesa a las clases dirigentes. ¿Y quiénes forman las clases dirigentes en Venezuela? Hombres sin honrada tradición política, con las manos llenas de peculado y de sangre”

Tristeza, me dio entonces, la gráfica que mostraba una pancarta anunciando la presencia en el Colegio de Médicos de Lara, “CTV LARA”, porque perdió su auditorio, en consecuencia, no habían sindicalistas, tampoco trabajadores, habían empresarios, con lo cual, el discurso de Manuel Cova le hizo honor a su apellido, pura… coba, covita… dejando como interrogante ¿cuánto le paga Fetralara, al Colegio de Medico, por tenerlos en su sede?

Comienza la cuenta regresiva para las elecciones legislativas, viene la Navidad, Divina Pastora, Carnaval y Semana Santa, pueda entonces, si queda tiempo, pensar que el próximo 1° de mayo de 2011, año Bicentenario de la Independencia, se relance el sindicalismo en Venezuela. José Vargas, otro de los grandes de la CTV, confiaba tanto en su credibilidad, que dado el desprestigio de los partidos, el pueblo acudiese a la CTV, en procura de la búsqueda de soluciones a las necesidades colectivas. De allí, que sea puntual el rescate de la Confederación de Trabajadores de Venezuela.

No hay comentarios: