miércoles, 22 de septiembre de 2010

Picapedrero

¿Se termino el bochinche?


A pocas horas, de efectuarse la consulta para elegir la nueva Asamblea Nacional, el ambiente es tenso y sus resultados impredecibles, solo propicio para algunas reflexiones sin apasionamientos, entre otras cosa, porque no estoy hipotecado con ninguna parcialidad política, confieso más bien, mi decepción, porque pase 40 años en la organización política más interesante de la vida republicana de Venezuela, concebida con ideales, doctrina y proyectos, tirados luego por la borda, por una clase corrompida y usurpadora del sentimiento del pueblo adeco. El resto de partidos políticos sucumbieron, bien por incomprensiones, falta de debate y excesivo personalismo, caso COPEI y su fundaron Rafael Caldera. Esa es la realidad política de la Venezuela democrática, que solo supo comprender Rómulo Betancourt y su proyecto de país, de cuyo deterioro moral, hizo posible la llegada de Chávez y su forajido proyecto, el más irresponsable que ha tenido la republica, pero frente al cual, las cabeza dirigénciales, han preferido su deterioro, a enfrentarlo con ideas, rescatando la credibilidad de los ciudadano, hoy embobados con posibles triunfos, que se traducen en un “quítate tú, para ponerme yo”, por la vía del negociado, que ahora, según sus propias palabras, se llama “reconciliación”. A lo que nos preguntamos ¿con quién y a cambio de qué? A 11 años de Chávez en el poder, el país es una especie de prostituta vieja, muy devaluada, dueña del burdel, al que acuden los clientes en busca del placer y el dinero, drogas y aventuras, sin ánimo, ni siquiera de reivindicarse con la sociedad, ni siquiera de adaptarse a los nuevos criterios de la prostitución.

Así, fuimos llevados a otra mil millonaria campaña electoral, para elegir a los representantes del pueblo. Todos, impuestos por la omnipresente conciencia del Hugo Chávez y de los ciudadanos Ramos Allup. Julio Borges, Manuel Rosales, algunos banqueros, testaferros y empresarios, en franco abuso del sentimiento nacional de salir de Chávez y de su pandilla de corruptos, a como dé lugar, sin la satisfacción de decirnos ¿el qué hacer después?. En esa selección de intereses personales, no se tomó en cuenta a la mujer, tampoco a los estudiantes que se la han jugado todas, con lo cual, el votante va obligado a votar, por aquellos que impusieron a su real gana. Un ejemplo de ello, son los candidatos de la fulana Mesa Unitaria por Lara, que negociaron el Poder Electoral, Poder Ciudadano y el Tribunal Supremo de Justicia, hoy candidatos por los circuitos 1 y 2. ¿Quién nos garantiza que no negociaran de nuevo con Chávez?, por ellos no votare.

Luego, asistimos a una campaña electoral frívola. El dineral invertido da pena, en un país de tanta necesidad y solo en una democracia decente se podría saber, cuánto se invirtió ¿cuánto aporto la corrupción, el narcotráfico y la delincuencia común, salvo prueba en contrario? porque no hubo tiempo para exponer ¿el que se hará una vez electos? Créanme, que me dio tristeza el encartado de la Mesa Unitaria y su supuesta agenda legislativa, donde no hubo referencias al respeto, a la constitucionalidad que es el primer problema a enfrentar, menos a la corrupción o a la destitución de la fiscal, defensora y contralor de la República o al Tribunal chavista de Injustica – eso no está planteado – fue la respuesta que recibí, por lo tanto, no tengo razones para votar por ellos.

Todo indica que, el presidente Chávez ganará las elecciones parlamentarias. Los partidos participantes, obtendrán una buena representación para negociar con Chávez, lo veo muy claro y lo primero será, no investigar PDVAL y no tocar al Poder Público, a cambio, me imagino, del perdón de los gobernadores corruptos y de los corrompidos más connotados del chavismo, incluyendo a la familia presidencial. Olvidémonos de la seguridad y el empleo, salud y educación, agua y luz, porque no hay plata, a si de sencillo ¿hasta cuándo nos vamos a engañar? ¿Cuando se nos dirá la verdad?

Vistas así las cosas, cobra vigencia la expresión de Francisco de Miranda, cando fuera entregado por Bolívar el año 1812: ¡Bochinche, bochinche, bochinche¡ ¡Corrupción, corrupción, corrupción! ha sido el motor de once años, del más dramático despilfarro político, ético y económico que pueda registra la historia, solo advertidos por las academias, universidades y muy respetadas individualidades porque los partidos políticos opositores no han podido llegar a ese 42% de ciudadanos que, hasta el día de hoy, según revelan todas las encuestas, no quieren saber nada de Chávez y de esa oposición, todo lo cual indica que, solo los afectos, por cualquier razón a los partidos, sufragara el próximo domingo, lo que permitirá legitimar al gobierno de Chávez, a pesar de los abusos con los cuales actuó y de un Consejo Electoral descaradamente parcializado.

No hay duda por supuesto, del civismo y sentimiento democrático del venezolano, de allí que, a partir de los resultados del domingo 26, el gran cambio que deberá producirse, sea en los partidos democráticos. Ya basta de franquicias políticas y de dirigentes que viven de ello, el retiro de muchos, es una necesidad, no por viejos, sino por incapaces de conquistar voluntades, convencer con ideas y alternativas políticas y sociales. Se requiere entonces de redefiniciones políticas de altura, que la derecha se unifique en un solo bloque y la izquierda en otro, para enfrentar al militarismo corrompido de Chávez, en las elecciones del 2012 y que salga de una vez, la mujer o el hombre que tenga capacidad para asumir el reto, de un gobierno de concertación nacional, para salir de esta pesadilla, sin mendingar unidades falsas, sino voluntades racionales de la situación que se vive y no, de ese bendito “quítate tú para ponerme yo”

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