miércoles, 30 de junio de 2010

Picapedrero

“El Pescao y Papi Papi”

Resulta que, algunos amigos de la muy lay oposición larense, no les gustó que la semana pasadas escribiéramos sobre la ”Inseguridad y la Corrupción, a la que llamé “prostibularia” entiendo que debe haber financistas, amigotes etc, pero eso de que -- no nos conviene hablar del pasado, de la corrupción porque nos echar a perder el juego, así ayudas al chavismo – definitivamente me desencanta de esa oposición, que nos permite preguntar: ¿Qué diferencia hay, entre un delincuente, moto banquero y los banqueros que se roban el dinero de los ahorristas? ¿Qué diferencia hay, entre un ladrón de vehículos y el funcionario público que negocia con los bienes públicos? ¿Qué diferencia hay, entre el policía que matraca a un ciudadano y sus jefes, que negocian con el narcotráfico? ¿Por qué al delincuente le llaman “común” y al corrupto “cuello blanco”’ ¿Por qué al político corrupto se le llama perseguido político y no lo que es, ladrón del patrimonio público?

Hace años, Oswaldo Álvarez Paz acuñó una frase lapidaria “Donde hay un copeyano ladrón, hay un adeco corrupto o viceversa”. Hoy, cambiemos la calificación de copeyano o adeco por “chavista y oposición” para corroborar lo dicho por el liberal Tomas Lander, el año 1840: “Somos una sociedad de cómplices”. Olvidémonos entonces del problema de la corrupción, para perseguir al pobre policía que pide para la tarjetica del teléfono, o la secretaria para un peinado, porque a los jefes, ni con el pétalo de una rosa, porque están haciendo cola, algunos de la oposición, para cobrar el hambre pasada y como los chavistas nos perdonaron, dirán los mismos, es de agradecimiento hacerlo con ellos. Tal es asi, que hay desconfianza en elegir a los diputados a la Asamblea Nacional, para quienes el tema es prohibitivo existitndo la posibilidad que sobre esos particulares negocien cpn eñl gobienro. Ya en una oportunidad dos diputados por Lara, que de nuevo aspiran, negociaron el Tribunal Supremo, CNE, Fiscalia, Contraloria y Defensoria del Pueblo.

En ese orden de apreciaciones, hemos seguido desde este diario “El Impulso” la detención de un sujeto, llamado en los bajos fondos, como “El Pescao” quien con apenas 16 años es atracador de bancos y tiene en su haber una fuga en el tribunal que conocía de una causa. Por otros medios, seguimos también las acusaciones por corrupción administrativa en ejercicio de la alcaldía del municipio Sucre, estado Miranda de José Vicente Rangel Avalo, conocido en los fondos altos, como “Papi Papi, este sí, es mayor de edad. 64 años atrás, su abuelo, José Vicente Rangel Cárdenas fue acusado y condenado por un Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, por enriquecimiento ilícito en ejercicio de la entonces presidencia del estado Barinas, entre 1933 y 1935, con lo cual se confirma que: “hijo de gato, caza ratón”.

¿Qué relación pueden tener “El Pescao” y “Papi Papi”? que el primero pretende enriquecerse de lo ajeno y el segundo de lo público. Ambos, deben ser acusados por el Ministerio Público, beneficiarios del “Debido Proceso” y en consecuencia asistidos por una defensa, solo que, a “Papi Papi” lo protege su padre José Vicente Rangel, figura intelectual en denunciar o proteger a los corruptos de esta democracia “verrugosa” como la calificara Rómulo Betancourt, autor por cierto, del Decreto de la Junta de gobierno de 1945 que enjuiciara a los corruptos del gomecismo, lopecismo y medinismo. De allí que en buen ajedrez José Vicente Rangel” mueve las piezas jurídicas y política para que no se toque el caso del hijo y la más exitosa jugada ha sido, colocarlo como candidato a diputado a la Asamblea Nacional en búsqueda de la “inmunidad parlamentaria” como si ella fue instituida para proteger a los delincuentes del erario público. Beneficios estos, de los cuales no goza “El Pescao” y si Rangel Vale fuese despedido por Chávez, lo veríamos calificar de “delito Político” el caso de su hijo, como se autocalifican los corruptos, de la democracia partidista.

No hay por lo visto, ninguna diferencia, entre “El Pescao” y “Papi Papi” y la sociedad persigue más, al delincuente “común” como si el otro, es “especial” con el agravante que, uno es político, la clase más desprestigiada de Venezuela, una vez muertos los hombres y mujeres que estuvieron en el poder sin que, se les quedara un centavo en sus bolsillos. Una reciente encuesta revela, que para los venezolanos, el 70% de los políticos son corruptos y solo la clientela partidista se anima a votar y un alto porcentaje de electores se resigna a no opinar, ante las imposiciones de los partidos, lo que es grave para una democracia y ventajoso, para un autócrata como Chávez y de no ser por los medios de comunicación, aquí no se hablara de corrupción, porque pareciere existir un “pacto de silencio”. El político corrompido es en conclusión, un delincuente más, como delincuentes son, los banqueros prófugos y los empresarios, proveedores de PDVAL, donde una mafia hizo de las suyas, a extremos que, será el mismo Chávez quien manejará el asunto y cuyos nombres no quieren dar y bien sabemos porque, preguntándonos ¿Por qué la oposición no convoca a una marcha, hasta la Fiscalía y Contraloría de la República, pidiendo celeridad en los casos de corrupción? ¡Negado! con la respuesta de siempre - -eso no está planteado --

Inseguridad y corrupción tiene minada a la sociedad venezolana y responsabilizamos de ello, a buena parte de la dirigencia política que sabe muy bien que, más allá del desborde de la delincuencia, es en los cuerpos policiales y su sistema judicial en general, jueces y fiscales, donde está concentrada la impunidad y más patético no puede ser, el caso del Comisario del CICPC preso, no en Venezuela, aquí estaría en libertad por “narco lavador” y ojala pueda ser extraditado al Imperio donde cantaría como turpial en primavera, protegiendo su propio pellejo, porque debe saber más de la cuenta, idénticamente igual que, en PDVAL que es PDVSA, desde donde se maneja un presupuesto paralelo, al de la nación todo lo cual da asco, pero por sobre todas las cosas desanimo y decepción, al momento de plantearse la reconstrucción de nuestra democracia.

miércoles, 23 de junio de 2010

Picapedrero

Inseguridad y Corrupción
¡Prostibularia!

No se necesita ser criminólogo, para determinar los altos índices de la inseguridad por los que atraviesa la sociedad venezolana, focalizado en los mismos cuerpos policiales, con el agregado de la corrupción en sus diversas modalidades, donde se juega a un peligroso “pacto de silencio” y ambas cosas pareciera no interesarle al gobierno, menos a la oposición, y dado que el tema es profundamente político, es desde esta ruta, por donde debe enfocarse el problema.

El caso del Jefe Nacional Contra la Droga del CICPC y le menciono "jefe" porque en la comisión de los delitos que se le imputan, salvo prueba en contrario, fueron cometidos en pleno ejercicio de su jefatura, con el agravante, que el actual director del cuerpo, pidió, al ministro de Relaciones Interiores y de Justicia, que otro cuerpo policial abra las averiguaciones ¡Qué vaina es esa! pero más allá de ello, es la sumatoria de una delincuencia de diversa tipología, me explico, el jefe que es tipo "A" y el policía matraquero que sería tipo "E" ¿Si aquel negocia con drogas, secuestra para llevar una vida de rico, que con su sueldo no puede, ¿porque yo, policía raso,, no puedo tener un BlackBerry?

En ese sentido, la corrupción policial no es nueva en esta corrompida democracia venezolana. Recordemos a la PTJ en tiempos de Manuel Molina Gásperi y el grupo de extorsionadores y asesinos llamado grupo “GATO”, cuyo más escandaloso caso fue, el asesinato del abogado Ramón Carmona, lo que estremeció a la sociedad !ah! pero Molina y sus gatos fueron juzgados. El primer interesado fue el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez y se adecento el cuerpo que, no exonerados de responsabilidades posteriormente, pero de allí, al no esclarecimiento del asesinato del fiscal Danilo Anderson y la séquela de manipulaciones del expediente, actas procesales y testigos y a este caso, del ex jefe del CICPC, nada más y nada menos que contra la droga, encontrado en flagrancia vigilada, lavando dólares, confirma la podredumbre del gobierno de Hugo Chávez, quien para tapar las tropelías de unos hampones disfrazados de revolucionarios, mueve cielo y tierra para enterrar algunas cosa, destapar otras, siempre y cuando giren entorno al mantenimiento de su omnipresente voluntad, lo que constituye ya, un peligro, "porstibulario"más allá de nuestras fronteras.

Remitamos a las mismas fuentes del gobierno para concluir que, la inseguridad en Venezuela desde que Chávez está en el poder, se corresponde a una política de Estado con miras a la destrucción de la sociedad, llamada por el mismo Chávez “burguesa” grupos, que si bien existe, ha sido en su propio gobierno, donde se han incrementado, dejándose ver descaradamente sus nuevos bienes muebles e inmuebles que no aguantan una auditoria de la Contraloría General de la Republica o del SENIAT. El resto de venezolanos, en su inmensa mayoría, oscilan entre los llamados clase media alta y baja, profesionales, militares en su mayoría, pequeños y medianos industriales, comerciantes, empleados públicos, educadores, productores agropecuarios por citar algunos sectores de la vida nacional y el resto, obreros, trabajadores informales, transportistas víctimas de primera línea y la extrema pobreza. Al menos 5 millones de venezolanos viven del gobierno incluyendo a los beneficiarios de Misiones, todos sin excepción victimas de dos tipos de delincuencia, la llamada común, ahora tan sofisticada que desde los centros de reclusión operan, en la modalidad de secuestros y la delincuencia policial, que anida en las policías regionales, DISIP, Guardia Nacional y CICEPC. Las estadísticas son demoledoras

Aquí en Lara, el problema de corrupción policial tuvo su efervescencia durante el gobierno del “Locutorpillo” un chavecito cualquiera, mostrado como el incorruptible, terminando ser un corrupto (hay expedientes sobre esos particulares) Lo cierto es que, su paso por la gobernación permitió minar la policía larense con lo peor que le rodeaba. Sobraron acusaciones sobre perdida de armas, chalecos, matraqueos, extorsiones y lo peor, la creación de brigadas en barrios que cometieron todo tipo de abuso. De manera que, el gobernador Luis Reyes Reyes, recibió una policía corrompida que termino de serlo, con la comandancia de Rodríguez Figuera, acumulándose entonces, decenas de expedientes que, en el caso del “locutorpillo” la Mesa de Unidad Democrática lo ha perdonado, como mañana, perdonara al chavismo. Justo si es reconocer que, en la gestión De Henry Falcón, al menos han destituido y remitido a los tribunales a más de un malandro policial, lo que corrobora una vez más que, son los político corrompidos quienes terminan corrompiendo a las Instituciones como las policías regionales y el fulano Cuerpo de Investigaciones Científicas, Criminalística y Penales. Basta con revisar las estadísticas que muestran como, solo entre el año 2000 y 2007 hubo 6.895 funcionarios policiales identificados en actos de extorsión, secuestro, matracas, y homicidios. La percepción que de ello tiene el ciudadano común es, de prepotencia, negligencia, violencia y mala intención en sus actuaciones. Lamentablemente en ese saco, “no son todos los que están, ni están todos, los que son”

Ahora, no busquemos a los responsable de la degradación policial en sus funcionarios. Insisto que están en políticos del gobierno y de la oposición. Es cuestión de quien se turna en el poder, para solidarizare con el delincuente policial. En el caso muy puntual del gobierno del presidente Hugo Chávez, como se ha dicho, hay una política de Estado para que el hampa haga y deshaga y en consecuencia, el funcionario frágil, cae en sus redes, en principio protegiendo al hampa a los jefes corruptos y luego, en clara sociedad. La oposición por su parte, asume el “pacto del silencio” y como siempre, donde hay un corrupto o ladrón chavista, hay un opositor o viceversa. Tal es así, que el tema es prohibitivo, con lo cual no sabemos, quién puede ser más cruel, si los policías o los delincuentes.

¡Estamos entrampados!

miércoles, 16 de junio de 2010

Picapedrero

El demócrata
Rafael Andrés Montes De Oca

Al arribar a sus 80 años de existencia, la historia venezolana deberá recordar y juzgar a Rafael Andrés Montes De Oca como un político que fue, demócrata a carta cabal y quiso ser Presidente de Venezuela, porque sin duda las circunstancias le favorecían, mucho más, que la normal aspiración de quien estuvo en la mismísima presidencia. Pero más que aquello, la vida política de Rafael Andrés Montes De Oca, no fue de saltos al vacio o malabarismos, sino una carrera política institucional llena de éxitos que la historia regional debe recoger. Concejal, gobernador, diputado, senador, ministro de Relaciones Interiores y presidente encargado en varias oportunidades, todo ello, como ningún otro larense como los doctores Eligio Anzola Anzola y Ramón Escobar Salom, a quienes la política los encaminó en la ruta presidencial a la que no pudieron llegar y que, no es el caso analizar por los momentos. En todo caso Rafael Andrés Montes De Oca se formó, dentro de una generación mayor que él, como sería el caso del doctor Anzola, Miguel Romero Antoni, Dori Parra de Orellana, y Carlo Zapata Escalona, que fueron gobernadores de Lara y parlamentarios como él. Se hizo bachiller en el Colegio “la Salle” de Barquisimeto, donde cultivara amistad con Luis Herrera Campins, Ramón Escobar Salom, Alirio Ugarte Pelayo, entre otras personalidades en menor o mayor edad, pero sin duda que, sería el gobernador, Eligio Anzola Anzola, veinte años mayor que Montesdeoca y quien de una terna le escogiera como su Secretario General de gobierno, entre 1959-1963 y para esa apreciación nuestra, nos remitimos a el don de mando, que ese periodo requería: restauración de la democracia, intentonas golpista y lucha de guerrilla, precisamente en las montañas del estado Lara. Hubo por tanto, la experiencia política de Anzola Anzola, su influencia y confianza, al más alto nivel del gobierno de Rómulo Betancourt, con la vitalidad, respecto e inteligencia de Rafael Andrés Montes De Oca, desde donde se le abrirían otras expectativas políticas que, le harían gobernador, diputado, senador y ministro de Relaciones Interiores, en el gobierno de Luis Herrera Campins.

Como se puede apreciar, hubo un esfuerzo personal y un reconocimiento colectivo en la vida política de Montes De Oca que se debe valorar, por encima de cualquier interés mezquino o tirapiedrista, porque en una escala de valores políticos, es muy difícil que cualquier oportunista o analfabeta funcional, logre calzar las posiciones de Montesdeoca y porque es, la devaluación política que vive el país, ausente de formación, carente de ideales, saltimbanqui en la circunstancias, lo que nos motiva con tristeza a reconocer en aquellos que ya murieron, el talante que tuvieron para ejercer la política con dignidad, observando con preocupación que, Rafael Andrés Montesdeoca sea el último, de una generación de larenses que hicieron de la política una oportunidad, para servirle al país.

En ese andar político Rafael Andrés Montes De Oca, fue estimulado con legítimo derecho a disputar la candidatura presidencial de su partido COPEI para los comicios de 1983, aspiraciones que se vieron truncada por el ego reeleccionista del doctor Rafael Caldera, quien ya había sido presidente y casi un centenar de oportunidades aspirante presidencial, lo que motivara a una opinión un tanto acida, del doctor Gonzalo Barrios, de, que “en Venezuela no había elecciones, sin Rafael Caldera de candidato”. En esa coyuntura es, donde queremos precisar algunos aspectos políticos y sociológicos de la democracia venezolana y destacar, dos características en la persona del demócrata, Rafael Andrés Montes De Oca. La primera de ella, su constancia y su culto a la amistad, por encima de cualquier cosa, que le blindó de tolerancia, frente a la realidad política de una ambición de poder desmedida, en el doctor Rafael Caldera, consciente del daño que el reelecionismo le ha hecho a Venezuela, corroborado en el tiempo, en las presidencias del mismo Caldera, Carlos Andrés Pérez y Chávez, lo que, desde el punto de vista sociológico, trunco el relevo a otras generaciones. ¿Qué ocurrió realmente, entre Rafael Caldera y Rafael Andrés Montes De Oca, en reunión celebrada en la residencia presidencial”La Guzmania,” por convocatoria del presidente Herrera Campins, para que Montesdeoca retirara sus aspiraciones? es una interrogante ya no, para precisar a Montes De Oca, porque los otros dos interlocutores están muertos, pero hay dos hechos verídicos detrás de ellos. El primero, ya Jaime Lusinchi, era el candidato de AD, tan carismático y bonachón como Montes De Oca, todo lo contrario al estilo Caldera, lo que permitió a Lusinchi saludar a Montes De Oca, conocido su retiro, y al no encontrarle, dejo el mensaje – dígale a Pepi, que gracias a él, voy hacer presidente de Venezuela – El segundo aspecto es que, efectivamente, Jaime Lusinchi se enfrentó con Caldera y lo derrotó, en su obsesión presidencialista con una altísima votación.

Quedan otras interrogantes. Si Rafael Andrés Montes de oca hubiese sido el candidato de Copei, independientemente que la acción de gobierno que arrastraba beneficiaba a Lusinchi, es de pensar que pudo haber estimulado a sectores jóvenes quienes, por Caldera no hubiesen votado, como realmente lo fue y ante el triunfo de Jaime Lusinchi, Rafael Andrés Montes De Oca terminó retirándose de la política, mientras que Caldera, solo espero un golpe, el de Hugo Chávez, para erigirse en el salvaguarda de una democracia ya minada de corrupción, carente de estímulos para rescatar la confianza perdida en los partidos, como COPEI, que el fundara, más no para pensar que con su muerte se acabaría, como ha ocurrido, pero dejando para la historia que es hoy mismo, severas acusaciones en su contra, cuando la política se personaliza.

Arriba pues, Rafael Andrés Montes De Oca a sus 80 años, con una lucidez admirable, y el tiempo aún esperará de sus memorias, vivencias y anécdotas que como pocos, conoce y sabe contarlas, que seguro interesaran a quienes se formen en la lucha política y si bien, su carrera política fue exitosa, tuvo sus detractores, que no le amilanaron, con lo cual, se cierra su larga vida política.

miércoles, 9 de junio de 2010

Picapedrero

¡Ya basta de ladrar Chávez
muerda o cállese!

…a mis hijos

Todos tenemos derecho a la dignidad, expresión que, para Giovanni Pico de la Mirándola, es el hombre en sí mismo y para quien, Dios debió haber dicho: “Te he puesto en el centro del mundo para que, más cómodamente observes cuanto en él existe. “No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que Son divinas”. Entonces, dignidad es, el don más apreciable del hombre ¡ay, de quien no la tenga y la haga respetar! De allí que la Constitución venezolana en su artículo 46 estableciera: “Toda persona tiene derecho a que se le respete su integridad física, psíquica y moral” pero los venezolanos, llevamos 11 años, vejados, humillados e intimidados por el teniente coronel (de bajas calificaciones) y hoy presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. No ha importado, un viernes santo, , navidad o año nuevo, día de difuntos o de la madre, como si Chávez no la tuviera, para insultar a todos cuantos en ejercicio del derecho natural de pensar y expresarse, disienta con él, para limpiar el suelo con nuestra dignidad y el mundo ha sido testigo, a extremos que, Jefes de Estado no han escapado a ello y el mismísimo Rey de España perdió la paciencia y lo mando a callar, que en nuestro más profundo sentimiento patriótico nos dolió, ante la ya intemperante conducta pública del presidente de Venezuela ¡hasta cuando esta vaina!

Pero hay más, en ese articulado de nuestra Constitución ahora: “Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda víctima de tortura o trato cruel, inhumano o degradante practicado o tolerado por parte de agentes del Estado, tiene derecho a la rehabilitación”. Por lo tanto al “trato cruel” al insultar con palabras escatológica a los ciudadanos en cadena nacional, hay “trato degradante” como eso de tratar, al ilustre economista venezolano, Domingo Maza Zabala, servidor suyo con indignidad: - -me das lastima anciano – dijo Chávez, como si la vejez, fuera una macula para quien ha tenido una vida noble y HONESTA en mayúscula. Hay trato inhumano, con la jueza María Lourdes Afiuni, a quien ordena 30 años de prisión y con las enfermeras que protestaron recientemente, a las que dispone encarcelar en un nido de ratas y todo ello “practicado y tolerado” “por parte de agentes del Estado” y Chávez es un “agente del Estado” y más degradante y cruel no puede ser el caso del ciudadano Franklin Brito, vergonzante para la Comunidad Internacional en el llamado siglo de los Derechos Humanos ¿y qué no decir? de la infamante “Lista Tascón” cuyos fantasmas merodean hoy, el lecho de su autor, o aquello de uniformar de rojo a los funcionarios públicos y obligarlos asistir a los actos del gobierno, so pena de botarlos. Crueldad y degradación propia de gobiernos militaristas, que en el caso de Venezuela parecieran olvidar lo dispuesto en la muy Bolivariana Constitución de la República de Venezuela: Art. 271…”No prescribirán las acciones judiciales dirigidas a sancionar los delitos contra los derechos humanos o contra el patrimonio público o tráfico de estupefacientes” y en esos presupuestos constitucionales y procesales esta incurso el teniente coronel Hugo Chávez Frías como “agente del Estado”.

Lo último ha sido, la amenaza a Fedecámaras, Conindustria y Consecomercio, gremios democrática y legítimamente constituidos, para defender dentro del orden constitucional los interese propios de sus miembros, sino en poner en pre aviso, a toda la sociedad venezolana, para instaurar un régimen totalitario solo al servicio de una patología individualista y una mafia de militares engreídos del poder y civiles atracadores del Erario Público. En ese sentido, vendrán luego los Colegios de profesionales, club social, deportivo, cultural, visto que ya había acabado con los partidos políticos y sindicatos, que no han podido recuperar la confianza de los ciudadanos, entre otras cosas, por vacios de ideales y corruptos, correspondiéndole por tanto a la sociedad civil y a sus instituciones legítimamente constituidas, exigirle al presidente Chávez, que se quite el antifaz, que no sea cobarde y proceda a liquidar aquellas instituciones que le estorban de un plumazo, porque en verdad, es imposible ya, trabajar, pensar, expresarse y vivir para amar, atenidos a una cadena presidencial corifeada por los borregos der turno, de donde se dispone de nuestra suerte.

Escribo bajo mi responsabilidad y en ejercicio constitucional de mis derechos que a su vez, de este centenario Diario “El Impulso” lo ejerce, permitiéndonos expresarnos con pasión, pero con respeto, pasión de decir las cosas por la calle del medio, sin guapetoneria, pero nunca con cobardías, pero también como ciudadano venezolano, que se formo como abogado, a los fines de la búsqueda de justicia, en el marco de un Estado de derecho y justicia social, pluralidad y “con valores superiores a su ordenamiento jurídico” según reza en la Constitución de la República. Derechos Humanos, a los que, no voy a renunciar señor Chávez, porque a usted y a sus militares, civiles y cubanos corrompidos, les dé la gana.

El planteamiento del pleito entonces, no es Fedecámaras, que como los partidos políticos tradicionales, no ha aprendido cual es su rol, en un “Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia” es la sociedad venezolana, con sus costumbres y aspiraciones, lo que conlleva al fin del Estado, según la clásica definición de John Locke. “Para mí, el Estado es una sociedad de hombres constituida únicamente con el fin de adquirir, conservar y mejorar sus propios intereses civiles, intereses civiles llamo a la vida, libertad, salud y prosperidad del cuerpo y a la posesión de bienes externos tale como el dinero, tierra casa, mobiliario y cosas semejantes” Frente a ello, debe reaccionar la sociedad civil organizada y sus universidades, conocido ya, el desconocimiento con el que amenaza Chávez. Proceda pues, a morder con rabia espumosa, lo poco que queda de institucionalidad, para saber a qué atenernos, pero no siga ladrando, muerda o cállese.

miércoles, 2 de junio de 2010

Picapedrero

El delito político y de corrupción

El tema de la corrupción no es nuevo y tal su daño en la sociedad, que fue una de las causas de la caída del Imperio Romano. El jurisconsulto Marco Tulio Cicerón, da cuenta en una de sus cartas, que fue entre políticos, para instalar el Senado, como se introdujo la corrupción, a cambio de aumentarse los sueldos. Los romanos tenían un espíritu de grandeza por su ciudad, ser ciudadano romano era un privilegio, entonces engrandecer al Estado y la de ciudadano, solo se lograba con fortuna. Montesquieu, al referirse a la “Grandeza y Decadencia de los Romanos” dice: “Los que primero se habían corrompidos por sus riquezas, lo fueron luego por sus pobrezas. Con bienes supriores a la condición de un particular, fue difícil ser buen ciudadano, con los deseos y pesares de una gran fortuna arruinada estuvieron pronto a cualquier delito”.

En la Venezuela republicana, Bolívar emitió un decreto sancionando con pena de muerte, a quien se hiciera de los dineros público que no aplicó a nadie, a conciencia de que, el prime corrupto fue el Vice presidente de Colombia, Francisco de Paula Santander, tanta veces perdonado por él y para no hacer el cuento tan largo, Rómulo Betancourt, que si ejecutó un decreto suyo, confiscándole los bienes mal habido a funcionarios de los gobiernos de Gómez y Medina Angarita, incluyendo al padre de José “Billete “Rangel, termino sus días afirmando que:“La corrupción es la más fea verruga de la democracia venezolana”. Después de él, no hubo otra voz rabiosa y decidida para combatir esa corrupción que, Hugo Chávez a extremos de... “freiles las cabezas a los corruptos” expresión que obligó espantados a los gobernadores adecos, artífice de la candidatura presidencial de Luis Alfaro a quitársela después, en un Comité Directivo, con la sola voz de Humberto Celli, al gritarles ¡cobardes! Una vez Chávez en el poder, comprendió la fragilidad ética de buena parte de nuestros políticos y a cambio de la corrupción, compro conciencias, bajo la premisa del principio económico de Adams Schmitt, de “dejar hacer, dejar pasar” por él: “dejar robar y dejar hacerlo” sin dejar de instruir expedientes para asegurar lealtades y criminalizar al adversario.

La modalidad de Chávez, al corromper y corromperse, actúa como la peor bolsa de valores en el mercado y pudiéramos hablar de unos 4 millones de venezolanos que piramidalmente se benefician de la corrupción desde las partidas secretas de los ministerios, otorgamiento de contratos, trámites burocráticos, hasta el –párate a la derecha – de un policía, con lo cual se explica su Black Barry, imposible de adquirir y mantener con el sueldo, con lo cual está prácticamente institucionalizada la corrupción y solo pegúntese ¿Por qué los partidos de oposición y sus líderes, no se interesan por conocer las inversiones que ellos hacen, con las realizadas por del PSUV y sus dirigentes? ¿De dónde sale ese tren de vida de algunos opositores y uno del gobierno? Entonces, el problema de llegar al poder en Venezuela, no es ideológico, es de las oportunidades para vivir bien a costa del dinero público.

Vistas a si las cosas, si el gobierno persigue al político por sus opiniones, el corrupto se ampara en aquello, enreda sus corruptelas, evade la justicia y conmueve a la opinión pública. Aquí en Lara, hubo un personaje siniestro, con varios expedientes, penales, ambientales y administrativos. Llegó a la gobernación, denunciando corrupto por todas partes, “de siete suelas” llamó a otro gobernador, ninguno estuvo preso, menos su bienes confiscados, resultando su gobierno, un panal de corrupción. Jamás se supo de su “Declaración Jurada de Bienes”, y a quienes llamó ladrón, hoy negocia con él. Se hizo chavista, para inmunizar su corrupción y se fue del chavismo, para re inmunizar su corrupción, solo que, ha pasado mucho tiempo, entonces el chavismo, que le tienen expedientes abiertos lo tiene en la mira, donde debe estar, pero el muy bandido declara que, es un perseguido político ¡por favor¡ es un corrupto, perseguido por la justicia.

Si nos vamos a los casos de Lápiz, Giménez, Bolívar, Rosales, Martínez y Manuitt ¡Ay! Manuitt corrupto y ajusticiador, independientemente que en verdad, no exista el “debido proceso” para juzgarlos, sus delitos son de corrupción y deberán ser juzgados por corrupción y en libertad, pero no exonerándoles, bajo la figura de “delito político” que, es el caso por ejemplo de Oswaldo Álvarez Paz, que ni por enredo, tiene acusaciones de corrupción. ¿Supo usted, porque se inhabilito a Leopoldo López?, sencillamente porque recibió un dinero de PDVSA, cuyas cuenta no rindió ¿y eso es delito político? ¡No! eso es corrupción, aquí y en Roma.

Sobre las precedentes consideraciones tuvo razón el doctor Gonzalo Barrios al afirmar que, en Venezuela se roba, por qué no hay razones para no hacerlo y el facilitador es usted, amiga o amigo, nosotros, quienes con muestra opinión, confiamos en quien después se elige y resulta un ladrón del patrimonio público. Por supuesto, además de la nueva modalidad, “de convertir el delito de corrupción en político”, para la oposición es prohibitivo hablar del tema, convencidos que Chávez tiene expedientes a corruptos de la cuarta y muy grandes, y ello puede servir, para futuras negociaciones y viceversa, con lo cual, olvidémosno de la corrupción, fiscalías y contralorías, robemos todos “póngannos donde haigan” “porque si me acusan hablo, echo el cuento, yo solo no voy preso” son expresiones cotidiana, en una Venezuela devaluada moralmente. La tesis de las “solidaridades automáticas,” de las que, no hablara Ramón Escobar Salom, son patéticas, menos mal que, el 26 de septiembre, no termina la fiesta, habrá entonces posibilidades de seguir tratando el tema.