miércoles, 16 de junio de 2010

Picapedrero

El demócrata
Rafael Andrés Montes De Oca

Al arribar a sus 80 años de existencia, la historia venezolana deberá recordar y juzgar a Rafael Andrés Montes De Oca como un político que fue, demócrata a carta cabal y quiso ser Presidente de Venezuela, porque sin duda las circunstancias le favorecían, mucho más, que la normal aspiración de quien estuvo en la mismísima presidencia. Pero más que aquello, la vida política de Rafael Andrés Montes De Oca, no fue de saltos al vacio o malabarismos, sino una carrera política institucional llena de éxitos que la historia regional debe recoger. Concejal, gobernador, diputado, senador, ministro de Relaciones Interiores y presidente encargado en varias oportunidades, todo ello, como ningún otro larense como los doctores Eligio Anzola Anzola y Ramón Escobar Salom, a quienes la política los encaminó en la ruta presidencial a la que no pudieron llegar y que, no es el caso analizar por los momentos. En todo caso Rafael Andrés Montes De Oca se formó, dentro de una generación mayor que él, como sería el caso del doctor Anzola, Miguel Romero Antoni, Dori Parra de Orellana, y Carlo Zapata Escalona, que fueron gobernadores de Lara y parlamentarios como él. Se hizo bachiller en el Colegio “la Salle” de Barquisimeto, donde cultivara amistad con Luis Herrera Campins, Ramón Escobar Salom, Alirio Ugarte Pelayo, entre otras personalidades en menor o mayor edad, pero sin duda que, sería el gobernador, Eligio Anzola Anzola, veinte años mayor que Montesdeoca y quien de una terna le escogiera como su Secretario General de gobierno, entre 1959-1963 y para esa apreciación nuestra, nos remitimos a el don de mando, que ese periodo requería: restauración de la democracia, intentonas golpista y lucha de guerrilla, precisamente en las montañas del estado Lara. Hubo por tanto, la experiencia política de Anzola Anzola, su influencia y confianza, al más alto nivel del gobierno de Rómulo Betancourt, con la vitalidad, respecto e inteligencia de Rafael Andrés Montes De Oca, desde donde se le abrirían otras expectativas políticas que, le harían gobernador, diputado, senador y ministro de Relaciones Interiores, en el gobierno de Luis Herrera Campins.

Como se puede apreciar, hubo un esfuerzo personal y un reconocimiento colectivo en la vida política de Montes De Oca que se debe valorar, por encima de cualquier interés mezquino o tirapiedrista, porque en una escala de valores políticos, es muy difícil que cualquier oportunista o analfabeta funcional, logre calzar las posiciones de Montesdeoca y porque es, la devaluación política que vive el país, ausente de formación, carente de ideales, saltimbanqui en la circunstancias, lo que nos motiva con tristeza a reconocer en aquellos que ya murieron, el talante que tuvieron para ejercer la política con dignidad, observando con preocupación que, Rafael Andrés Montesdeoca sea el último, de una generación de larenses que hicieron de la política una oportunidad, para servirle al país.

En ese andar político Rafael Andrés Montes De Oca, fue estimulado con legítimo derecho a disputar la candidatura presidencial de su partido COPEI para los comicios de 1983, aspiraciones que se vieron truncada por el ego reeleccionista del doctor Rafael Caldera, quien ya había sido presidente y casi un centenar de oportunidades aspirante presidencial, lo que motivara a una opinión un tanto acida, del doctor Gonzalo Barrios, de, que “en Venezuela no había elecciones, sin Rafael Caldera de candidato”. En esa coyuntura es, donde queremos precisar algunos aspectos políticos y sociológicos de la democracia venezolana y destacar, dos características en la persona del demócrata, Rafael Andrés Montes De Oca. La primera de ella, su constancia y su culto a la amistad, por encima de cualquier cosa, que le blindó de tolerancia, frente a la realidad política de una ambición de poder desmedida, en el doctor Rafael Caldera, consciente del daño que el reelecionismo le ha hecho a Venezuela, corroborado en el tiempo, en las presidencias del mismo Caldera, Carlos Andrés Pérez y Chávez, lo que, desde el punto de vista sociológico, trunco el relevo a otras generaciones. ¿Qué ocurrió realmente, entre Rafael Caldera y Rafael Andrés Montes De Oca, en reunión celebrada en la residencia presidencial”La Guzmania,” por convocatoria del presidente Herrera Campins, para que Montesdeoca retirara sus aspiraciones? es una interrogante ya no, para precisar a Montes De Oca, porque los otros dos interlocutores están muertos, pero hay dos hechos verídicos detrás de ellos. El primero, ya Jaime Lusinchi, era el candidato de AD, tan carismático y bonachón como Montes De Oca, todo lo contrario al estilo Caldera, lo que permitió a Lusinchi saludar a Montes De Oca, conocido su retiro, y al no encontrarle, dejo el mensaje – dígale a Pepi, que gracias a él, voy hacer presidente de Venezuela – El segundo aspecto es que, efectivamente, Jaime Lusinchi se enfrentó con Caldera y lo derrotó, en su obsesión presidencialista con una altísima votación.

Quedan otras interrogantes. Si Rafael Andrés Montes de oca hubiese sido el candidato de Copei, independientemente que la acción de gobierno que arrastraba beneficiaba a Lusinchi, es de pensar que pudo haber estimulado a sectores jóvenes quienes, por Caldera no hubiesen votado, como realmente lo fue y ante el triunfo de Jaime Lusinchi, Rafael Andrés Montes De Oca terminó retirándose de la política, mientras que Caldera, solo espero un golpe, el de Hugo Chávez, para erigirse en el salvaguarda de una democracia ya minada de corrupción, carente de estímulos para rescatar la confianza perdida en los partidos, como COPEI, que el fundara, más no para pensar que con su muerte se acabaría, como ha ocurrido, pero dejando para la historia que es hoy mismo, severas acusaciones en su contra, cuando la política se personaliza.

Arriba pues, Rafael Andrés Montes De Oca a sus 80 años, con una lucidez admirable, y el tiempo aún esperará de sus memorias, vivencias y anécdotas que como pocos, conoce y sabe contarlas, que seguro interesaran a quienes se formen en la lucha política y si bien, su carrera política fue exitosa, tuvo sus detractores, que no le amilanaron, con lo cual, se cierra su larga vida política.

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