miércoles, 2 de junio de 2010

Picapedrero

El delito político y de corrupción

El tema de la corrupción no es nuevo y tal su daño en la sociedad, que fue una de las causas de la caída del Imperio Romano. El jurisconsulto Marco Tulio Cicerón, da cuenta en una de sus cartas, que fue entre políticos, para instalar el Senado, como se introdujo la corrupción, a cambio de aumentarse los sueldos. Los romanos tenían un espíritu de grandeza por su ciudad, ser ciudadano romano era un privilegio, entonces engrandecer al Estado y la de ciudadano, solo se lograba con fortuna. Montesquieu, al referirse a la “Grandeza y Decadencia de los Romanos” dice: “Los que primero se habían corrompidos por sus riquezas, lo fueron luego por sus pobrezas. Con bienes supriores a la condición de un particular, fue difícil ser buen ciudadano, con los deseos y pesares de una gran fortuna arruinada estuvieron pronto a cualquier delito”.

En la Venezuela republicana, Bolívar emitió un decreto sancionando con pena de muerte, a quien se hiciera de los dineros público que no aplicó a nadie, a conciencia de que, el prime corrupto fue el Vice presidente de Colombia, Francisco de Paula Santander, tanta veces perdonado por él y para no hacer el cuento tan largo, Rómulo Betancourt, que si ejecutó un decreto suyo, confiscándole los bienes mal habido a funcionarios de los gobiernos de Gómez y Medina Angarita, incluyendo al padre de José “Billete “Rangel, termino sus días afirmando que:“La corrupción es la más fea verruga de la democracia venezolana”. Después de él, no hubo otra voz rabiosa y decidida para combatir esa corrupción que, Hugo Chávez a extremos de... “freiles las cabezas a los corruptos” expresión que obligó espantados a los gobernadores adecos, artífice de la candidatura presidencial de Luis Alfaro a quitársela después, en un Comité Directivo, con la sola voz de Humberto Celli, al gritarles ¡cobardes! Una vez Chávez en el poder, comprendió la fragilidad ética de buena parte de nuestros políticos y a cambio de la corrupción, compro conciencias, bajo la premisa del principio económico de Adams Schmitt, de “dejar hacer, dejar pasar” por él: “dejar robar y dejar hacerlo” sin dejar de instruir expedientes para asegurar lealtades y criminalizar al adversario.

La modalidad de Chávez, al corromper y corromperse, actúa como la peor bolsa de valores en el mercado y pudiéramos hablar de unos 4 millones de venezolanos que piramidalmente se benefician de la corrupción desde las partidas secretas de los ministerios, otorgamiento de contratos, trámites burocráticos, hasta el –párate a la derecha – de un policía, con lo cual se explica su Black Barry, imposible de adquirir y mantener con el sueldo, con lo cual está prácticamente institucionalizada la corrupción y solo pegúntese ¿Por qué los partidos de oposición y sus líderes, no se interesan por conocer las inversiones que ellos hacen, con las realizadas por del PSUV y sus dirigentes? ¿De dónde sale ese tren de vida de algunos opositores y uno del gobierno? Entonces, el problema de llegar al poder en Venezuela, no es ideológico, es de las oportunidades para vivir bien a costa del dinero público.

Vistas a si las cosas, si el gobierno persigue al político por sus opiniones, el corrupto se ampara en aquello, enreda sus corruptelas, evade la justicia y conmueve a la opinión pública. Aquí en Lara, hubo un personaje siniestro, con varios expedientes, penales, ambientales y administrativos. Llegó a la gobernación, denunciando corrupto por todas partes, “de siete suelas” llamó a otro gobernador, ninguno estuvo preso, menos su bienes confiscados, resultando su gobierno, un panal de corrupción. Jamás se supo de su “Declaración Jurada de Bienes”, y a quienes llamó ladrón, hoy negocia con él. Se hizo chavista, para inmunizar su corrupción y se fue del chavismo, para re inmunizar su corrupción, solo que, ha pasado mucho tiempo, entonces el chavismo, que le tienen expedientes abiertos lo tiene en la mira, donde debe estar, pero el muy bandido declara que, es un perseguido político ¡por favor¡ es un corrupto, perseguido por la justicia.

Si nos vamos a los casos de Lápiz, Giménez, Bolívar, Rosales, Martínez y Manuitt ¡Ay! Manuitt corrupto y ajusticiador, independientemente que en verdad, no exista el “debido proceso” para juzgarlos, sus delitos son de corrupción y deberán ser juzgados por corrupción y en libertad, pero no exonerándoles, bajo la figura de “delito político” que, es el caso por ejemplo de Oswaldo Álvarez Paz, que ni por enredo, tiene acusaciones de corrupción. ¿Supo usted, porque se inhabilito a Leopoldo López?, sencillamente porque recibió un dinero de PDVSA, cuyas cuenta no rindió ¿y eso es delito político? ¡No! eso es corrupción, aquí y en Roma.

Sobre las precedentes consideraciones tuvo razón el doctor Gonzalo Barrios al afirmar que, en Venezuela se roba, por qué no hay razones para no hacerlo y el facilitador es usted, amiga o amigo, nosotros, quienes con muestra opinión, confiamos en quien después se elige y resulta un ladrón del patrimonio público. Por supuesto, además de la nueva modalidad, “de convertir el delito de corrupción en político”, para la oposición es prohibitivo hablar del tema, convencidos que Chávez tiene expedientes a corruptos de la cuarta y muy grandes, y ello puede servir, para futuras negociaciones y viceversa, con lo cual, olvidémosno de la corrupción, fiscalías y contralorías, robemos todos “póngannos donde haigan” “porque si me acusan hablo, echo el cuento, yo solo no voy preso” son expresiones cotidiana, en una Venezuela devaluada moralmente. La tesis de las “solidaridades automáticas,” de las que, no hablara Ramón Escobar Salom, son patéticas, menos mal que, el 26 de septiembre, no termina la fiesta, habrá entonces posibilidades de seguir tratando el tema.

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