miércoles, 17 de junio de 2009

Picapedrero

La Justica y Abogacía en
Ricardo Hernández Alvarez

…A las nuevas promociones de abogados y abogadas

Si bien la Justicia y la Abogacía en un Estado de Derecho deben conducirse con equilibrio hacia el “deber ser” y el “bien común”, ello no ha sido en la Venezuela republicana, independiente, dictatorialista, corrupta, democrática y ahora militarista, eficiente, menos imparcial y ello justifica el pensamiento del Libertador en un centenar de decretos guiados a la implantación de una cultura judicial, expuesta por ejemplo en Angostura, el 10 de noviembre de 1817: “La Alta Corte de Justicia es la primera necesidad de la República, con ella quedaran a cubierto los derechos de todos y las propiedades, la inocencia y los meritos de los ciudadanos no serán hollados por la arbitrariedad de ningún jefe militar o civil ni aún del jefe Supremo”, más en nuestro tiempo, pervertida en la mal llamada cuarta República y personalizada, autocrática y corrupta en los designios del presidente Hugo Chávez, solo comparable con la Justicia nazista, estalinista o castrista, de cuyo desarrollo es de terribles consecuencias. Es cierto, que el desaparecido Consejo de la Judicatura terminó siendo una fracción de Acción Democrática y Copei, pero más irresponsables no pudo ser la decisión chavista de incinerar los cinco mil expedientes instruidos a jueces corruptos en aquel tiempo. Es cierto, que los doctores Rafael Caldera y Gonzalo Barrios, manejaron nombre para integrar la Corte Suprema de Justicia, pero exigían al menos “saber leer y escribir” y no “prontuarios” como ahora. Es cierto, que se masifico el estudio del derecho, propio de una democracia igualitaria, pero más cierto es, una larga lista de profesionales del derecho, estudiosos, con pos grados, doctorados y magistrados y magistradas en todos los estrados, brillantes e incuestionables en sus decisiones, en todo caso, comparemos solo las personalidades en sus vidas públicas y privadas de quienes conforman el actual Tribunal Supremo de Justicia, con mujeres y hombre de la talla moral y jurídica de Helena Fierro, Beatriz Elena de Encinoso o Martín Pérez Guevara, Luis Darío Belandia, Luis Maury o los renunciantes, Jesús María Casal y Jorge Rossel, que sin duda la diferencia es abismal, basta con recordar que Chávez, a los actuales les llamó ¡plastas!

La precedente realidad, fue de gran preocupación en el doctor Ricardo Hernández Alvarez precisamente buscando el norte del “Sistema Judicial” venezolano y su engranaje, con el ejercicio profesional que debe ser exigente, porque el derecho evoluciona todos los días y por el compromiso de los abogadas y abogados para con la sociedad y el Estado. Ricardo Hernández Alvarez, fue un universitario estudioso, un abogado diligente, un intelectual del derecho, por lo cual su transitar en el mundo jurídico fue academicista en el mejor sentido de la palabra, porque en cada una de esa travesías, no partirizó la búsqueda de un “Sistema Judicial” propio de un Estado de Derecho, de allí que lo respetaran los “mayores,” por eso escuché los mejores conceptos de su existencia, en los doctores, José Rafael Mendoza, Omar Díaz Quiñones y Argenis Román y en los más jóvenes, una admiración que ahora debe sembrarse en las nuevas generaciones de profesionales del derecho para quienes el norte de aquel, sea el camino a seguir.

El doctor Ricardo Hernández Alvarez, al momento de fallecer, escribía una biografía del doctor José Cristóbal Hurtado de Mendoza y Montilla, primer presidente Venezuela y de su Corte Suprema de Justicia, figura que le apasionó, pero dejó artículos, discursos y el ensayo “La Justicia y la Abogacía” que recoge esa preocupación que por cuarenta años de ejercicio llevó de frente en foros, conferencias y dictando cátedra. Ahora, cuando desaparece y nadie tiene un proyecto de “Sistema Judicial”, como el que soñara, como el que nos merecemos, no salgamos tan lejos, “ni busquemos a Dios por los rincones” sino en ese ensayo de Hernández Alvarez. Que una cátedra con su nombre y desde el Colegio de Abogados del estado Lara o de alguna de nuestra facultades de Derecho se estudien sus propuesta para adecentar al Poder Judicial venezolano, estimular de forma exigente los estudios del derecho y ser implacables en sancionar a los abogados y abogadas prevaricadores, para lo cual ,Ricardo Hernández Alvarez expusiera el 31 de mayo de 2005,en la sede de la Universidad Metropolitana en el marco del Seminario “Construyendo Alianza por una Justicia mejor” su ponencia hoy testamentaria “El Rol del Abogado en el mejoramiento del “Sistema de Justica”

…. “Un Congreso de Abogados destinado a estudiar con seriedad, con altura, con coraje, el problema de la administración de Justicia en Venezuela… para lo cual ....debe en primer lugar hacerse una seria labor de denuncia de todas las tropelías en que se incurra en la implementación de política judiciales …”el combate contra la corrupción no admite treguas ni discriminaciones”…”la sociedad venezolana, encabezada por la abogacía, tiene que diseñar el proyecto de Poder Judicial deseable para la Venezuela del siglo XXI …” El tema sin embargo, no puede quedarse en el ámbito exclusivo de los juristas, debe llevarse a otros gremios profesionales, empresariales y sindicales, las comunidades de vecinos, los grupos de reflexión, los clubes de servicios deben ser abordados para esta discusión …”Puede decirse, sin ningún género de dudas que la responsabilidad histórica de la abogacía venezolana en este momento es librar, atravez de sus organizaciones gremiales y académicas, la gran batalla por la consecución del Poder Judicial que el país necesita”.. “¿Qué es lo que debe hacerse? Colocar a los temas de la Justicia y del Poder Judicial en la primera página de la agenda nacional, hacer de ello el tema central de nuestro debate público”…

Como se podrá apreciar, no era mucho lo que aspiraba el doctor Ricardo Hernández Alvarez, lo que proponía, lo que “debería ser”, por esos estamos como estamos y todo indica que, continuara siendo peor, mientras no existan hombre decentes, de la dignidad ciudadana y honestidad profesional como Ricardo Hernández Alvarez, quien para los prevaricadores, es un alivio su muerte, porque sus propuestas echan a perder los negocios. ¡Resucitemos! entonces a Ricardo Hernández Alvarez, en una cátedra que lleve su nombre, como un reto de los profesionales del derecho en Lara, con sus estudiantes para Venezuela, por un mejor “Sistema Judicial”.

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