miércoles, 3 de junio de 2009

Picapedrero

¡Jueces, hagan lo que pienso¡

…”Hasta el Juez más alto en esta organización
tendrá que admitir la corrupción en su corte”
Frank Kafka

El Juez Supremo de la Venezuela chavista, tuvo el descaro de ordenarle a su máximo tribunal y al Ministerio Público que cierren Globovisión. Ello no nos extraña, solo que Hugo Chávez, no quiere que el mundo civilizado lo siga viendo como lo que, es un incivilizado y como sabe que su futuro inmediato es ser juzgado no quiere estar solo, de allí que exija para su descargo, que otros asuman responsabilidades que los mismos conocen de sus consecuencias y como el miedo es libre y las leyes escritas están, no le consiguen la vuelta que justifique finalmente la imposición de la justicia chavista. Lo grave de esta situación es que, el teniente coronel presidente, Hugo Chávez, a si dispondrá que una demanda de divorcio o pensiones alimentarias o acusaciones penales, sean decididas a favor de los chavistas, en cualquier causa, solo bastara la identificación ante el juez de quien quiera a lo Jalisco ganar un pleito, pero esos jueces deberán a qué atenerse, por el principio gastronómico de que, … la salsa que es buena para el pavo. lo es para la pavita ¿Verdad mis magistradas y magistrados?

Resulta entonces que, la muy guarda puesto de la fiscala, Luisa Ortega Díaz, ha dado la pauta de que “Chávez puede emplazar al resto de los poderes. Ello me recuerda, la fabula del águila que enseñoreándose en las alturas de una cordillera, sintiera el chasquido de un reptil y al increparle --¿Cómo has osado llegar hasta aquí, inmunda alimaña-- respondiera ¡arrastrándome, arrastrándome, arrastrándome! Para el zipote la separación y autonomía de los Poderes Públicos, según la garante de la constitucionalidad y leyes de la República. En ese sentido las pretensiones de Chávez, muy propia de los tiranos no es nueva, ya en una carta a la antigua Corte Suprema de Justicia había escrito (no por él, no tienen capacidad para ello) señaló: “Debo confirmar ante la Honorabilísima Corte Suprema de Justicia el Principio de la exclusividad presidencial en la conducción del Estado”. Esa confesión al parecer no le interesó a la oposición y ello está inspirado en la doctrina nazista de Carl Schmitt para quien: “la totalidad del derecho alemán debe regirse solo y exclusivamente por el espíritu del nacionalsocialismo.” Adolfo Hitler era su máxima expresión.

De allí, el ¡uh ah, uh ha, Chávez no se va! en la Sala Plena del Tribunal Supremo, las fechorías del Isaías Rodríguez, el encubridor del rufián. la Defensoría del puesto y las maniobras procesales en los casos de los comisarios de la Policía Metropolitana, entre otros Carlos Ortega, el general Usón, Baduel, Eduardo Lápiz y Manuel Rosales, que delatan el odio presidencial y no las causales de los delitos, que a estos dos últimos se les pueda imputar, evidenciándose entonces el secuestro del Estado de Derecho y la pantomima de una democracia militarista y corrupta que le teme a una rendición de cuentas por lo que su divisas es, corromper para asegurar lealtades y proteger al hampa, para intimidad a la sociedad.
Remitámonos a la impunidad en los hechos de corrupción, violaciones de Derechos Humanos y ajusticiamientos policiales, donde no hay fiscal ni jueces que se atrevan a escudriñar expedientes que mandarían a la cárcel a más de un chavista, el silencio procesal es sepulcral y como muestra la Comisión contra la impunidad activada en Lara, que reclama justicia. Pareciera que Frank Kafka, escribió sus novelas, “El Juicio o El Proceso” no el año de 1924, sino ayer mismo, donde según su criterio jurídico aprendido y estudiado, e inclinado a su vez en “la seguridad social” da cuenta de ese complejo mundo, donde la justicia se bate con la realidad de las normas, los intereses de los abogados y una burocracia judicial corrompida e incapaz, hoy en Venezuela “El debido proceso” es una entelequia, la injusticia y la corrupción van de la mano al ritmo del ¡Uf ah, uf ah, Chávez no se va!

No está por lo tanto, descubierto el juego, lo que debe advertirse es el ¿hacia dónde nos lleva Chávez y su sicopatía? previamente diagnosticada, sumemos a ello, la Ley Orgánica del Sistema de Justicia, que tiene como mampara, regular la organización, coordinación y funcionamiento del Sistema de Justicia, a los fines de garantizar el acceso universal de todas las personas a dicho Sistema, para asegurar el disfrute y ejercicio de los derechos humanos, cuando en verdad se trata de controlar más aún, al Tribunal Supremo, de Justicia previendo brincos de almanaqueras.

Estamos finalmente a las puertas de una dictadura, solo resta la aprobación de la ley Electoral y la Ley del Periodismo, de cuyas interpretaciones la justicias chavista legalizara el terror que aguardaran en las cárceles a los disidentes y desde el show “Aló presidente” como Hitler el año de 1931, anunciara: “Nosotros ordenamos, ustedes obedecen. Se suprimirá sin contemplaciones todo conato de resistencia. No toleraré- ninguna contradicción solo autoridad de arriba abajo y responsabilidad de abajo arriba”

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