martes, 23 de septiembre de 2008

Picapedrero

Chávez llama traidor a los ladrones
¿y cómo queda él?

Definitivamente el rico idioma nuestro, le permite al presidente Chávez, atar palabras a su libre albedrio y como por arte de magia a los insultos les convierte en chistes y a las vulgaridades en expresiones académicas y como tal, solo él tiene su propio diccionario. En esa bandolería del lenguaje, ahora llama ·traidor" al súper agente de PDVSA, Antonini Wilson, quien en su nombre repartía dólares para desestabilizar a la América y traficaba turbios negocios cuando de lo que se trata es de un ladrón de fondos públicos. Pero en esa recurrencias gramaticales Chávez, no solo admite ¡por fin! su relación con Antonini, sino que al llamarlo traidor, es por haber desviado instrucciones suyas y a confesión de parte, relevo de pruebas. Pero allí no se queda el asunto al resultar que, Chávez también es un traidor. El año 1992, traicionó el juramento a la Constitución de la República y ¿Qué decir de la actual en relación a su soberanía popular, territorial y política? descuidando nuestra fronteras para dar paso a la guerrilla narcoterrorista, entregar el Esequivo, intervenir en asuntos de otros Estados con los dineros público lo que, configura
delito de corrupción con lo cual, si traidor es igual a ladrón, Chávez, es un "ladrón - traidor"

La historia de Venezuela, tiene capítulos deprimentes acerca de muchos de sus hombres, traidores y ladrones en el manejo de su patrimonio, en ambos casos, han sido mucho más militares que civiles, a quienes por orden alfabético se pudieran inscribir en un código y el único que, prometió freír sus cabezas, no ha salido de señalar a José Antonio Paéz. En ese código por supuesto que, no podemos dejar de mencionar, una maleta de sus tiempos, a los generales Francisco de Paula Santander y Antonio Guzmán Blanco, enredados en camisones por empréstitos, donde cabe señalar en relación al primero, que Bolívar jugando una partida de cartas y ganándole a Santander le dijo con su fina ironía –de seguir así usted perdiendo, terminaré por ganarme el empréstito—

En esa antología hay que recordar como a otro militar, Juan Vicente Gómez, le fueron confiscaron sus bienes por mal habidos. A los militares López Contreras, Medina Angarita y un centenar más, de funcionaos corruptos, un decreto del presidente Betancourt les confisco también sus bienes y a otro militar, Pérez Jiménez, se le extradicto por ladrón. Esa realidad constituye ahora, en tiempos del Chávez, un estilo de gobernar, una estrategia para permanecer en el poder a extremos que, líderes del ayer
me han confirmado que, si es necesario escoger entre un ladrón, superior a quienes rodean a Chávez, comenzando por su familia, lo aceptarían. Uno de ellos, convictos y confesos, Luis MIquilena que si sabe de ladrones y de traidores, es ahora una pieza fundamental en el juego para sacar a Chávez, bajo la promesa del perdón y cuentas nuevas, sino pregúntese usted ¿Ha visto, a algún político de oposición o del gobierno, hablar del que, harán con el problema de la corrupción? ¡Naranjas dulces¡ Si Chávez perdono a los corrupto de Acción Democrática y COPEI, ¿por qué no perdonar a los de su gobierno? Es así como, el maletinazo chavista, camina como la espada de Bolívar, por toda la América Latina y en el resto del mundo se persigue la corrupción gansteril del chavismo.

Ahora ¿qué es lo trascendental del maletín de PDVSA? que con él se descubre toda la acción delictual de un gobierno abanderado de socialista, ideología de principios éticos, como marco para una sociedad justa, más en el trasfondo del chavismo, es la corrupción, corromper y corromperse para mantener en el poder a un hombre de resentimientos sociales de origen familiar, hoy enriquecidos ilícitamente y con una agenda de consumismo exagerado.

Con el maletín de PDVSA, por delaciones cobardes esta a la vista una banda de delincuentes, que supera a las mafias sicilianas y que se quedan cortas con las corruptas dictaduras de Trujillo en República Domiciana o Duvalier en Haití. Los del Nogal, Ruperti, Helmeyer, Sarrias, Kaufmánn, Duran ¡ay! y Antonini hicieron de PDVSA, un centro de operaciones para delinquir. Rafael Ramírez, presidente de esa empresa debe responde por ello, a tenor de lo dispuesto en el Convenio de las Naciones Unidas "Contra la Delincuencia Organizada Trasnacional", suscrita por
Chávez -- el pobre no sabe lo que firma -- de allí que Venezuela es tenida en el mundo como un país de forajidos y todo el daño ocasionado al patrimonio público a lo largo de su vida republicana, es incomparable con el consumado por la banda chavista desde hace diez años ¿ O es que el presidente desconoce de todas las andanzas en PDVSA? En el Tribunal de la Haya, sin duda que cantara mucho más que Antonini, acordándose que, entre el cielo y la tierra primero él que su mama y el último cartucho que le queda seria la negociación de la que, ya se habla, de MIquilena para reconocer los triunfos electorales de la oposición con un mínimum de gobernabilidad a cambio del "borrón y cuentas nuevas" y el más interesado en ello sería Manuel Rosales, cuyas cuentas al parecer no están nada claras.

El caso del maletín de PDVSA es la última oportunidad para que Venezuela se lave la cara ante el mundo. La destitución y juzgamiento de todos cuantos cayeren en ese complot de narcotraficantes, narcoterroristas y corruptos, aparados por Chávez, es un compromiso ético y político ¡caiga quien caiga! Y debiera ser la bandera de toda la oposición, lo contrario sería institucionalizar la corrupción, pero para los que hacemos "oposición a la oposición" nuestra pelea es "hasta la victoria final" como diría un socialista honesto.

Jorge Ramos Guerra

ardive@gmail.com

No hay comentarios: