miércoles, 23 de enero de 2008

¡Abstencionista reinvindiquemos la política

Picapedrero

¡Abstencionista
reivindiquemos la política!

En el sistema democrático, el voto es un derecho y en consecuencia un deber, por el que se han dado luchas como haber otorgado a la mujer venezolana ese derecho y si a ver vamos, todos los días practicamos con el asentimiento o la negativa el voto, con más razón debemos ejercerlo al momento de decidir el destino de la República. En ese ejercicio, la abstención tiene muchas respuestas, pero nos entreveraríamos a señalar tres muy puntuales. Primero, el desengaño por las promesas incumplidas y la corrupción, segundo la manipulación del voto y un tercero el "pase de factura"
La ausencia de valores éticos en los políticos, es el primer agravante de la democracia venezolana a partir del primer gobierno de Rafael Caldera y la forma de arrebatarle la candidatura presidencial para 1973, a Luis Herrera Campins, con el famoso hombre de "El maletín". Las promesas incumplidas y la corrupción, complementan un desencanto en el electorado que ha ido incresendo, a pesar de la cultura democrática de los venezolanos, porque cada día hay más interés por lo público. El flagelo de la corrupción, definida para 1976 por Rómulo Betancourt, como la más "fea verruga de la democracia" luce amparada por el liderazgo político y el presidente Chávez Frías, que fue una esperanza en su combate, muestra tales niveles de corrupción que supera todos los anteriores gobiernos de Venezuela y el perdón negociado a los corruptos de la mal llamada "Cuarta República" parece justificarla ahora a extremos
que se nos ubica entre los primeros países del mundo más corrutos, todo lo cual genera abstención.
La manipulación del voto, no solo es otra causal de abstención, sino la gran excusa para no ejercer el voto, ¿si me lo van a robar, para que votar? Y la práctica no es nueva. En Acción Democrática se conoció acerca de la manipulación del voto, con la expresión de que "acta mata voto" y así se erigieron liderazgos que respondían a la "clientela" política, es decir los beneficiarios directos de la corrupción en segundo grado, desplazándose al militante honesto, por lo general critico y disidente de las políticas partidistas.
"El pase de factura" traducido en perseguir al elector y demostrado con la famosa "lista Tascón" es otro elemento por el temor a perder el empleo si se es funcionario público o castigarlo por ejemplo, con negarle el pasaporte que por un tiempo estuvo de moda y vencida por cierto precisamente por la corrupción.
Como se puede apreciar, cobra fuerza la abstención y eso lo saben los políticos y sus matemáticos, pero también los abstencioncitas que han comenzado a aprender lo que vale y puede su voto, porque el otro hecho que produce la abstención, es nada más y nada menos que el fraude que es harina de otro costal
Con la abstención, Hugo Chávez Frías se hizo del poder, vendiéndose así mismo que había sido con el más grande apoyo popular, cuando la verdad verdadera es que, para 1998 la abstención estuvo en un 36% y en el resto de los siguientes procesos electorales: Asamblea Nacional, Referéndum, elección de gobernadores, diputados regionales, Alcaldes y concejales la constante fue la abstención, entre un 55 y 43%.

Conocida entonces la Abstención, el mismo gobierno la promovió, confiándose en sus votos, si no es por el estimulo de los estudiantes de Venezuela, la abstención hubiese beneficiado una vez más a Chávez Frías y la abstención hubiese tenido rango constitucional, porque Chávez había incorporado mayor número de electores en cuanto a la iniciativa, para las Reforman, Enmiendas y Asamblea Constituyente, para esta última de su convocatoria se exigiría un 30% y no el actual 10% --prácticamente imposible de convocarse-- con lo cual el chavismo mataba la iniciativa popular que es un estorbo en los regímenes autocráticos, además que, Chávez eliminaba el derecho al sufragio que "reside en el pueblo" para dársela a un Poder Popular designado por él.
Vista así las cosas, no veamos la abstención como un fenómeno, ni como "indiferencia" según el politólogo italiano Norberto Bobbio, más si como "síntoma de crisis de un sistema democrático" que para el mismo Bobbio tampoco sería el problema de la abstención, que para nosotros sí lo es, por el descontento que generan los tres elementos antes señalados como causales de la abstención en Venezuela y lo que debe preocuparnos, porque el voto es el arma que tenemos los demócratas y es hacia los abstencionistas a quien debe ir el mensaje para tonificar la democracia, imponer a hombres y mujeres con capacidad, voluntad y ética para ejercer las funciones públicas y decirle ¡No! al pirataje político y corrupto del gobierno y de la oposición y la prueba es votando y la elección de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados regionales es la gran oportunidad de darnos lo mejor que tengamos y solo los abstencionistas, pueden con su participación, reivindicar la política venezolana.

Jorge Ramos Guerra
ardive@gmail.com

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