miércoles, 24 de noviembre de 2010

Picapedrero

El golpe militar del
24 de noviembre de 1948

“Los funerales del poder civil” es el primer capítulo de la biografía de Rómulo Gallegos, escrita por Simón Alberto Consalvi (Vol. 41 B B V) que define los extravíos del militarismo en Venezuela contra su democracia, a la cabeza siempre, de los más bajos niveles de su estamento. Pedro Carujo, atentando contra el Libertador, Marcos Pérez Jiménez, detrás del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud y Hugo Chávez ordenando matar al presidente Carlos Andrés Pérez, resumen unos trágicos episodios en nuestra agitada vida republicana que a 62 años de aquellos “funerales del poder civil” que ejercía un hombre de la talla como Rómulo Gallegos, el 24 de noviembre de 1948. De ese golpe militar, se ha dicho con propiedad que, es hijo del golpe cívico-militar del 18 de octubre de 1945, porque en ambos movimientos, su cabeza visible no fue otro que, el oscuro mayor, Marcos Pérez Jiménez, quien interpretaba descontento en una Fuerza Armada, aún sujeta a regímenes militarista. Solo que, en el golpe contra el general Isaías Medina, no se atrevió a liderar, sino tras la figura prestigiosa en la Institución de Carlos Delgado Chalbaud, convencido que, sin los civiles mejores vistos, como alternativa de poder, el fracaso estaba a la vuelta de la esquina y a esos civiles, lo lideraba Rómulo Betancourt, quien tuvo el olfato de arrebatarle a Pérez Jiménez, autor intelectual del movimiento, la oportunidad para sacar de raíz al gomecismo y sus corruptelas del poder, no solo, lográndolo, sino dictándose la primera Constitución democrática de Venezuela.

Entre 1945 y 1947, Venezuela fue otra. Imposible negar sus logros políticos y ello, no estaba entre los planes de Pérez Jiménez, resultándole inconveniente un gobierno civil, para lo que de nuevo, utilizara la figura de Carlos Delgado y constituirse en jefe de la Fuerza Armada, hasta la estocada final, con el asesinato de Delgado, el 13 de noviembre de 1952. Siete años fue la espera, para imponerse como dictadorzuelo. Atrás quedaría, a buen juicio Manuel Pérez Guerrero, ministro del presidente Gallegos: "el camino de la liberación de algunos vicios tradicionales de la gestión pública del país: el militarismo político…y el peculado corruptos de la moral y de la economía sociales".

¿Que permitió el golpe de 1948, si el ministro de la Defensa era de confianza del presidente Gallegos? Sin duda que, Delgado, quien era un asimilado oficial, cuya cultura daba prestigio a la Institución y luego, haber permitido que Pérez Jiménez, implementara una doctrina militar cuyos ejecutores le obedecían lo suficiente, para presionar a un hombre que, como Delgado, se le admiraba, mas no se le obedecía, por carecer "voz de mando". Otros factores políticos y económicos, propiciarán el golpe. En lo político, una mezcla de odios y ambiciones desmedidas con el visto bueno entre muchos: Arturo Uslar Pietri, Jovito Villalba y Rafael Caldera y en lo económico, quienes no aceptaban la intervención estatal en la rectoría económica del país, que tenia para la época, proyecciones positivas.

Caída la dictadura de Pérez Jiménez, no fue excusa para un nuevo militarismo, a la cabeza del coronel Jesús María Castro León y solo, la guerrilla Castro-comunista forzó la obediencia y lealtad de una Fuerza Armada que, encontró en el presidente Rómulo Betancourt, un "Comandante en Jefe" que les respeto pero, se los exigió por igual. Lo que vendría después, fue corrupción y politización de ascensos, que encontraría eco en la primera presidencia de Rafael Caldera al desconocimiento a la "antigüedad" y fue patética, la postura digna, del general Pablo Flores en su reclamo, ante la designación del general Martín García Villasmil, como el ministro de la Defensa.

Cuando Jaime Lusinchi, fue indignante que, su secretaria, luciera uniforme militar y por sus manos pasaran ascensos de oficiales. A partir de allí, nada cambiaria y en la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, las intrigas militares, corrupción y manejo de ascensos, en medio de una dirigencia cuestionada, alimentará el descontento popular e ideales militares, ¿por qué negarlo? si de ello se burlaba, el propio presidente, generales y almirante, para quienes las informaciones de Inteligencia Militar resultaban "chismes de botiquín" salvo excepciones como las del general, Carlos Peñaloza.

Chávez, en principio no fue un vulgar ambicioso, como Pérez Jiménez, tuvo a sus Delgado Chalbaud, que se acobardaron y frente a su "Por ahora" les puso a temblar y una bonanza petrolera, desató su personalidad psicopática y ha destruido a la Fuerza Armada, con la Inteligencia cubana, terminándola de corromper, con el narco tráfico y ponerla a su servicio, para el auto golpe promovido por el mismo, ya declarado, por el indigno "general en jefe" Rangel Silva, buscando desviar vínculos con el narco chavista, Walid Makled, asegurar privilegios e impunidad, con una elite política asquerosa y el agravante de, unos sectores opositores tan condenables como aquellos, y quienes tienen a su Delgado Chalbaud -- sin la dignidad y honestidad de aquel -- en José Vicente Rangel, lo que nos augura un escenario de pronósticos reservados.

Chávez Frías, es el Pérez Jiménez de 1945,1948,1952, del, 4 de febrero, 27 de noviembre de 1992 y diciembre del 2012, por lo que se reclama de un proyecto, acerca del rol de los militares en el destino de Venezuela, con Chávez y después de Chávez, sin corta pisas, porque son mas, lo militares que quieren escuchar un discurso ético y constitucional, que los encabronados a Chávez o a la oposición, que juega a la seguridad de su retorno, garantizándoles prosperidad a esa claque -- cívico militar-- que deberá estar tras las rejas lo que no es difícil, si el diputado de la Unidad por Lara, no se entiende como otras veces, con José Vicente Rangel, dentro de su filosofía del “pragmatismo político".

No hay comentarios: