miércoles, 21 de julio de 2010

Picapedrero

La Iglesia Católica y los magistrados
¿a quién creer?


No debió extrañar a nadie, que el discurso escatológico del teniente coronel Chávez, traspasara el mínimo de consideraciones diplomáticas, para posar sus asentaderas en el mismísimo Estado Vaticano, donde le tienen sin cuidado, pues le conocen por bufón, cobarde y pendenciero, con lo cual no vale la pena discutir. Bueno si es recordar, que los pleitos entre gobernantes venezolanos y la Iglesia Católica, son de vieja data en unos, con razón y derecho y en otros, por verles, como un estorbo a sus intereses.

Lo interesante de esta casada pelea con la Iglesia venezolana, no es más que la pretensión de ocultar la corrupción cívico-militar, en el caso muy puntual de PDVSA-PDVAL, los millones de dólares invertidos sin control y en consecuencia, malversados en beneficio de enriquecimiento de unos pocos y en detrimento del Patrimonio Público y Moral del venezolano, imposibilitado de acceder a su alimentación, por las tropelías del chavismo en las empresas encargadas de ello, pero más allá, de deteriorarse su salud, por la ingestión de productos vencidos y podridos, todo cual ha condenado la Iglesia con la pasión pastoral y ciudadana, que les concede la Constitución de la República, pasión que por igual, pone Chávez, al ordenar que la Asamblea Nacional no investigue los hecho.. La precedente situación, ahora inculpa a funcionarios cubanos, con lo cual, también es conocido, que el chavismo ha corrompido a los otroras funcionarios "honestos" del comunismo cubano y eso lo sabe Fidel Castro.

Afortunadamente, la Iglesia Católica ya hablo, sin medias tintas y no se les va aguar el guarapo porque está bien preparado --no venía en los contenedores -- Pero hay mucho mas en esto. Para Chávez, ya secuestrado los Poderes Públicos, abozalada, corrompida y traicionada la Fuerza Armada, embolsillados algunos partidos, sepultada la CTV, chantajeada y amedrentas Fedecamaras, solo la Iglesia Católica luce incólume, frente a la tragedia nacional, cuyo único responsable, es el teniente coronel Hugo Chávez y era su obligación advertir de ello, dada la desconfianza ciudadana en todo, con miras a reimpulsar el sentido de la lucha democrática con visión nacional. ¿Cuál es el delito? ¿Acaso es mentira lo dicho por el Cardenal Urosa y la Conferencia Episcopal, en cuanto a violaciones a la Constitución y a los derechos Humanos que no lo hayan corroborado instancias internacionales? Entonces, los temblores de Chávez, están a la vista y los curas lo tienen loco y como no los puede comprar, como a dos curitas barquisimetano que cobran sin trabajar, uno como comisario de la policía y el otro, como docente, le han dado un Jaque Mate, que solo una oposición inteligente, puede aprovechar.

En esa realidad, la ventolera llevo a Chávez a revisar el Convenio del Estado venezolano con el Estado Vaticano -- a que no hace nada -- pero vamos a retarlo, para que acabe por ejemplo, con ese mamotreto del "Ordinariato Militar" que asciende y paga sueldos a unos sacerdote que no deben estar en una Institución militar que proclama la “muerte” Vamos pues teniente coronel, proceda o cállese, porque su miedo, al “vienen por mi" lo tiene más enredado que un kilo de estopa, en el ordenamiento jurídico nacional e internacional.

Esto último, tiene otras dimensiones que no sopesa el Tribunal Supremo de Chávez al suscribir un comunicado contra la Iglesia Católica y no le llamamos de Justicia, porque es todo lo contrario a ello, a tenor del prontuario de su presidenta, según la Gaceta Oficial y luego, al corifeado ¡Uh ah, Chávez no se va! Vergüenza les debe dar, a quienes suscriben el comunicado de marras, conscientes de sus conductas ¿Dónde está el reproche a las corruptelas de ese hampón, llamado Luis Velásquez Alvaray, cuando denunciara que: “El narcotráfico tiene penetradas instancias judiciales” o declarara que : “Hay que poner una bomba en el palacio de Justicia” y que no decir, de la denuncia del magistrado Marco Tulio Dugarte al descubrirse” perdida de dos millones de dólares, en el sistema contable de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura? Razón tuvo entonces Chávez, al llamarles ¡plastas! Y como tal se quedaron.

La precedente consideración viene al caso, con motivo al desplegado comunicado de ese Tribunal, cuyo único propósito no fue otro que, arrodillarse ante Chávez y su escatológica respuesta a una opinión del cardenal Urosa Savino, corroborando que, el vocablo “indigno” con el que, le calificara Chávez “debe estimarse como técnicamente apropiado” ¿Qué vaina es esta? En el comunicado en cuestión, se invoca el Convenio suscrito por el Estado venezolano y el Estado Vaticano, que asegura el ejercicio del “Poder Espiritual” de la Iglesia Católica y de sus sacerdotes, que en el caso de ser venezolanos, no los inhabilita para ejercer a plenitud la ciudadanía, en momentos en que, se quiere desplazar, el constitucional sistema democrático del país, por una autocracia militarista corrompida, como la de Chávez, donde las Instituciones del Estado están a sus caprichos, como ese de profanar la osamenta del Libertador, proteger la corrupción, cubanizar nuestra Fuerza Armada, lo que es traición a la patria y todo, por blindar la corrupción, que tiene como instrumento de lealtades, más allá de nuestras fronteras. De todo ello, se conoce en el mundo y palpar el descontento nacional, sin duda incomoda al teniente coronel Chávez y nos imaginamos las presiones de los pilluelos que temen sean investigados como deberá ser.

Ojala, al acordarse del cardenal Urosa Savino, no se les ocurra, repetir la fatal expresión del Rey de Inglaterra Enrique II, el 29 de diciembre de 1170, referidas al arzobispo Tomas Becket: ¡Cobardes ¡ Ese hombre a quien yo he vestido y alimentado y llenado de honores y riqueza se levanta contra mí y no hay ninguno de los míos capaz de vengar mi honor y librarme de ese cura insolente?

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