miércoles, 14 de julio de 2010

Picapedrero

Falcón y la realidad política

En Lara, después que Chávez secuestró la política, la dinámica social para dirimir los asuntos públicos es un charcal, donde algunos políticos colgaron sus ideales y principios, sustituyéndolos por un oportunismo baladí y en la no menos inconfesable decisión de actuar como, “analistas políticos” dónde se permite todo. La base de estos, que también se hacen llamar” pragmáticos” negadores de formalismo y racionalismo es que, el pueblo quiere salir de Chávez con quien sea, como si ese pueblo les hubiese entregado un cheque en blanco. Por supuesto, en ese atrevimiento no se le acercan a quienes nos consideramos ciudadanos, porque no dejamos que otros piensen y decidan por nosotros. Esto último es, precisamente lo que más repudio tiene el venezolano hacia Chávez, pero que la oposición práctica. Chávez, impone en el PSUV y en los Poderes Públicos su voluntad equivocada o no, y en la llamada Mesa Unitaria lo hacen a su vez, los señores Henry Ramos, Julia Borges y Omar Barboza de “Un Nuevo Tiempo” por si no lo sabía quién nos lee. Pregúntese, ¿Por qué no tomaron en cuenta a las mujeres, a los estudiantes o a los sindicalistas que no venden los contratos colectivos al patrón? De allí que la suerte de nuestra democracia depende de ellos, porque tampoco consultan a sus subalternos, menos a sus militantes. Esta realidad es muy difícil que me la puedan desconocer, retaría a los que se puedan sentir aludidos a demostrarme lo contrario.

La precedente consideración viene al caso, con motivo de la separación del chavismo del gobernador de Lara Henry Falcón, que sin lugar a duda, es un político distinto a los tradicionales, independientemente de las mismas mañas de aquellos. Fue un alcalde emprendedor y el reconcomiendo a ello fue tal, que Alfredo Ramos, aspirante a la alcaldía de Iribarren, no lo toco ni con el pétalo de una rosa, porque según sus asesores, el hombre tenía buena imagen, corroborada por sectores independientes, que lo hicieron gobernador con alta votación y por supuesto, porque no votarían por el candidato de la oposición, que venía de negociar con Chávez, la integración del Tribunal Supremo.

A dos años de aquella elección, la oposición larense sigue de mal en peor, como será que, FEDECAMARAS impuso candidatos a diputados y dejo constancia, que no tengo absolutamente nada contra esa Institución, pero no pueden pretender imponer sus intereses por encima de los del Estado. Luego, dos de los candidato presentados, son los mismos que negociaron con Chávez, el ya citado Tribunal Supremo de Justicia, donde su representante vota en Sala Plena, toda la marramuncia inconstitucional que se les consulte. En ese escenario, el PSUV nadaba libremente y la separación de Falcón, ha terminado, con las remotas aspiración de los intereses que dicen ser, de la oposición y de quienes responde a FEDECAMARAS y a los señores Ramos Allup, Borges y Barboza, con lo cual, queda abierta la posibilidad de resultar electos, de negociar de nuevo con Chávez. El temor a ello, coloca a Henry Falcón, en una oportunidad envidiable, donde los independientes van a escoger, entre la representación opositora y el liderazgo de Reyes Reyes y Falcón y esa posibilidad, ya la olfateo Julio Borges, sumando los votos de Primero Justicia a Falcón, mientras los “analistas y contratistas” desempleados presionan descaradamente a las organizaciones donde militan, para sumarse a Falcón. No importa que, alguno de ellos, les haya denunciado por irregularidades en su administración municipal, para la oposición, la corrupción no es un problema, investigarlo –no está planteado – es común oírselos, solo que Chávez y su Fiscal, cuando se trata del adversario, la pruebas se consiguen o se inventa, lo importante en todo caso es, la imputación con privación de libertad, que estará por verse en Falcón.

¿A quién creer? ¿Y por quién votar? E allí el problema, como dijera Shaquespeare. Vistas las cosas, la razón política y la conciencia ciudadana no se impondrán. El fundamentalismo corrompido del chavismo y el dineral que invertirán moverá estómagos, la clientela partidista hará por lo suyo, mientras Henry Falcón buscará convencer que no es de lo mismo, gracias a los análisis de quienes tienen olfato oportunista y mercantilista de la política, pero también de quienes están empeñados en continuar abusando de la confianza o credibilidad de los ciudadanos, imponiendo sus intereses, confiados en que la necesidad de salir de Chávez, les permite hacer con los votos de los ciudadanos lo que les dé la gana y ello está demostrado en las encuestas, por lo demás patéticas, pero inentendibles para las organizaciones política, que como dijera una vez Carlos Andrés Pérez, lucen como “cascarones vacios” .

A trece semanas de las elecciones, los pronósticos son reservados, de ganar o perder para el gobierno y oposición. Venezuela va a continuar hacia el precipicio y la solución está en manos del partido y de los hombres que le digan la verdad al país por muy cruda que sea, con los riesgos que todo ello significa, para que el ciudadano se enrole en esas causas, pero continuar en el juego de Chávez, resguardando intereses, negociando hasta con el diablo, a nuestro modo de ver, no nos convence.

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