miércoles, 17 de diciembre de 2008

Picapedrero

El espíritu de Bolívar
y el Obispo Enrique María Dubuc

Hoy se conmemora el 178 aniversario de la muerte del libertador Simón Bolívar y un año del profano discurso del más espectacular distorsionador de su pensamiento político Hugo Chávez Frías, quien precisamente hoy deberá decir, si son restos de animales o los del héroe los que descansan en el Panteón Nacional. Recordemos que hace un año desconoció la existencia de los mismos. En todo caso, con Chávez en el poder, tenemos un Bolívar desfigurado y un bolívar corruptor en ambos se ampara su revolución y como ¡gracias a Dios, Bolívar esta muerto! que el chavismo siga haciendo de él su juguete preferido, mientras su espíritu ilumine la fortaleza para que aprendamos a ser nación y no titiriteros de cualquier mercader de turno por aquello que recomendaba el mismo Bolívar desde Angostura… "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía."

Efectivamente los hombres morimos, solo su obra si es positiva permanece en el tiempo y sobre esos particulares Bolívar temió siempre que se pudiese mal interpretar, tergiversar y utilizar lo que fue su pensamiento en el momento que le tocó vivir. Esa inquietud la dejo plasmada en carta a, Antonio Leocadio Guzmán uno de los políticos más inescrupulosos que ha tenido la república expresando:

"…Si algunas personas interpretan mi modo de pensar y en el apoyan sus errores, me es bien sensible, pero inevitable; con mi nombre se quiere hacer en Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus disparates"

Sin duda que el destinatario a futuro era Chávez. Pero ya muerto, liberado de las fatigas de su cuerpo, está el espíritu de un Bolívar que merece respeto más allá de las admiraciones y discrepancias, porque ese Bolívar verdadero, genio de la raza humana tuvo una misión cumplida hasta desaparecer de entre nosotros con su proyecto político utópico a la luz de sus propias experiencias.

En hora oportuna entonces para recordar al Bolívar de ese ilustre Obispo barquisimetano, doctor Enrique María Dubuc, perseguido por sacerdotes jesuitas cuando el 17 de diciembre de 1942 pronunciara una preclara oración fúnebre con motivo de los 150 del traslados de sus estos a su Caracas natal. Allí el Obispo Dubuc con criterio teológico y filosófico reivindico como no blasfema aquella expresión del joven Bolívar sobre la ruinas del desbastador terremoto de 1812: ¿Qué se podía esperar ante unos ciudadanos aterrorizados y unos curas realistas predicando como un castigo de Dios el fenómeno telúrico por haberse declarado Venezuela libre de España? Sino la "Voz de trueno" la "frase inmortal" como ha calificado Dubuc la expresión: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios lucharemos contra ella y la venceremos" Y es que para Enrique María Dubuc, "Bolívar era un genio" que tuvo las "grandes visiones de los espíritus superiores" y así lo define: "El genio, señores, en la fuerza espontanea de su intuición y clarividencias, tiene expresiones que no pueden ser interpretadas según el criterio común de los hombres ordinarios. El genio es superior al ambiente social en que se agita y al medio en que aparece, adelantándose a su época, a veces en siglos."

Bolívar se adelanto entonces a los calumniadores, intrigantes, demagogos y oportunistas a quienes consideraba un verdadero "ejército más temible que los de Morillo, Boves o Monteverde" Por ello, al analizar Enrique María Dubuc la "arquitectura moral de Bolívar" describió su "Geometría Espiritual"…"La intrínseca grandeza de un hombre no se mide por la altura de su pensamiento, sino también y principalmente por la noble amplitud de su voluntad, por su carácter varonil, por el conjunto de cualidades morales que lo hacen capaz de acciones dignas y heroicas. Tres son la dimensiones que determina el tamaño moral de un hombre –continua el Obispo – la generosidad, la elación de principios que lo inspiran, y su paciente fortaleza antes los embates de la adversidad"

¿Donde morara ahora el espíritu de Bolívar? Desconocidas sus cenizas por Hugo Chávez Frías, el más atrevido e insolente usurpador de su nombre, pisoteadas sus recomendaciones a los jueces de la República que dan asco y a los militares que dan lastima a extremos que, es prohibitivo en la Venezuela corrompida de Chávez Frías, aquellas expresiones de Bolívar en el contexto de su "Moral y Luces" como: "Saber y honradez, no dinero es lo que requiere el ejercicio del poder público"…El soldado no es el arbitro de las leyes ni del gobierno. Es el defensor de su libertad"…"la Alta Corte de Justicia es la primera necesidad de la república. Con ella quedan a cubierto los derechos de todos, las propiedades, la inocencia y los meritos de los ciudadanos no serán hollados por la arbitrariedad de ningún jefe militar o civil y ni aún de jefe supremo "que debiera de exhibirse detrás de los escritorios en las oficinas públicas, en esa caja negra que es PDVSA o en las casa y hacienda de los Chávez Frías en Barinas.

¡OH Bolívar! tuvo razón el Obispo Enrique María Dubuc, al término de su memorable discurso en el templo de San Francisco, aquel 17 de diciembre de 1942 al afirmar: "ninguno de nosotros puede ser buen patriota, ni tener un concepto preciso de patria, si no conoce en espíritu y en verdad al Padre de ella, Simón Bolívar." Ahora, solo existe el bolívar fuerte de Chávez hasta que el petróleo pueda parir dólares y nosotros hacernos ciudadanos.

Jorge Ramos Guerra
adive@gmail.com

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