miércoles, 23 de julio de 2008

Picapedrero

El charcal político larense

La juventud de antes, disfrutó mucho en los charcos, estanques de agua en medio de arboles y fauna silvestre, ocultos nidos de amor y de inspiración artística que el mal llamado modernismo ha venido destruyendo y ahora un charco es lo más pestilente que pueda observarse en las grandes ciudades y aun en las pequeñas donde lucen como verdaderos recipientes de desperdicios, de allí la expresión "nadie conoce el charco hasta que mete el pie". Pues bien, en Venezuela la política republicana ha sido un verdadero charcal Que peor charco que la entrega de Francisco de Miranda y su célebre expresión lo definió todo: "bochinche, bochinche, bochinche" Algo parecido de me ocurre, a propósito del verdadero charcal político del país en la actualidad, pero muy puntualmente en el estado Lara. A tales efectos, es necesario insistir que, la política nunca fue una suerte de oportunidades para unos y otros. En las Sagradas Escrituras y en el pensamiento político universal se determinan valores y virtudes para su ejercicio, porque de lo que se trata es, de la convivencia humana en sociedad y no el asalto del poder.
Pero encharquémonos en Lara recordando el juicio de Residencia a Juan de Carvajal, sin duda justo por corrupto, pero se habló de algún rufián interesado en sacarlo del camino por la hermosa Catalina de Miranda
que era su mujer y fue ahorcado en el Tocuyo. Muchos años después el asesinato del gobernador Aguinagalde no fue más que una alevosa conspiración que tuvo el aval del presbítero José Macario Yépez. La guerra Federal por su parte nos reparo a León Colina ajustando cuentas como todo resentido y el abogado y general conocido como "El Pelón Gil" padre del constitucionalista y escritor José Gil Fortul, hizo de sus guapuras un estilo político. En la década de los cuarenta del siglo XX fue terrible el enfrentamiento personal, luego político entre el doctor Honorio Sígala y el doctor José María Domínguez Escobar. La última división de Acción Democrática fue otro charco político ¿y cómo pudo llamarse el enfrentamiento entre Guillermo Luna, Teodoro Meléndez Penso, Miguel Romero Antoni y Dori Parra de Orellana, ya desaparecido los cuatro, sino un charcal? A la ausencia de estos no pudo surgir un charco más inmundo que Orlando Fernández, chantajeando, humillando, e intimidando a quien le diera la gana y a este le salió el charco identificado como clave 10, la ingeniería al servicio de los intereses de Mariano navarro y Gonzalo Arévalo, subalternos de Luis Alfaro para adueñarse de Acción Democrática. A todo ello, agreguemos la intolerancia de Luis José Oropeza frente a las aspiraciones naturales de Rafael Marcial Garmendia, al a gobernación ambos respetables, pero sin duda Garmendia venia de codearse con los ricos y pobres, haciendo deporte, defendiendo causas justas como se corrobora al confiarle la realización de unas encuestas que nos llevan a otro charco político para sacra del juego a un líder respetable como Alfredo Ramos por una Irene Sáez.
Con la llegada al poder de Hugo Chávez Frías, Venezuela es un verdadero charco escatológico y simplemente me estoy remitiendo a los hechos pasados y presentes, porque al corromperse la clase dirigencial, la política dejo de ser servicio, para servir y no ser
servido, como ahora, pasión en el debate para estudiar los problemas del país y no ese burdelesco discurso de algunos políticos larense de andar ofreciendo agua potable en un estado que no tiene agua y Yacambú es una quimera, seguridad cuando la policía la controla Chávez y esta corrompida mientras el Contralor del estado apoya "incondicionalmente al contralor "rufián" bajar el costo de la vida ¡que bolas! Ante ese charco ningún aspirante a la gobernación de Lara dice algo. Más irresponsable no pueden ser que les delata como sujetos de los vivos de siempre, banqueros inescrupulosos, contratistas de maletín que mantienen a esas sabandijas que como dice el humorista Laureano Márquez venden a sus progenitoras por un plato de lentejas" y que anidan como el comején en esos partidos, típicos cascarones rechazados ya por la sociedad civil..
¿Qué hacer? se presume que en una democracia estable, respetuosa de su Constitución y del Estado de derecho todos tienen derecho a aspirar los cargos de elección popular, por supuesto que al menos sepan leer y escribir, pero en una democracia tiránica como la de Chávez, la sensatez de la no violencia indica que hay que escoger al mejor entre todos por su perfil ético y capacidad para dialogar con el colectivo acerca de las necesidades prioritarias y sus reales posibilidades de enfrentar como el agua y la seguridad . No es con una chorrera de candidatos y candidatas con todo el dinero del mundo para promocionase donde hay tanta pobreza y que no se digan de donde sale, lo que da a pensar que puede ser de la delincuencia, corrupción o narcotráfico. A la cabeza de ellos está el chavista Henry Falcón muy cuestionado éticamente, al parecer estaba en la lista del rufián y el "Parque Arenas" no aguanta una auditoria, acabó con la antigua avenida veinte y están sepultados millones de bolívares en un inexistente terminal de pasajeros, lo corean toda una mafia, adecos, copeyanos, masistas y todo el chavismo corrupto. Los otros dos aspirantes Pedro Alcántara y Orlando Fernández, son de lo peor, con prontuarios, expedientes abiertos y mucho dinero. El primero adeco, mepista, hoy rosalero. Negocio en nombre de Acción Democrática la designación del Contralor rufián, el Defensor del Puesto y la Fiscalía General de la República
con Isaías Rodríguez que debe pasar su vejez preso, negocio el Tribunal Supremo de Justica y que venga ahora, a pretender ser gobernador de Lara, ¿con que cara va la dirigencia adeca que lo respalda a pedirle al militante honesto que vote por él? El otro, es el prototipo del charco, tiene cuentas pendientes con la justica, todos los millones sin más justificación que la corrupción pero allí anda, pretendiendo ser gobernador cuando debiera estar preso. Solo queda Freddy Andrade, honesto, conocedor de la problemática regional que suma voluntades, pero pueden más las mafias
Vistas así las cosa, voy a votar nulo e invito a que me acompañen en ello. Que el voto nulo sea el castigo a los politipillos, con ello será gobernador Falcón, pero a los dos años lo revocaremos, porque la frustración va hacer grande, habrá tiempo para que la sociedad civil se organice, los aspirantes jóvenes se preparen, los partidos se refresquen y rescaten el rol que les corresponde, pero por encima todo mandaremos al cementerios a tanto político insepulto. ¡Votemos, pero nulo¡

Jorge Ramos Güera
ardive@gmail.com

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