miércoles, 9 de abril de 2008

Picapedrero
La Batracópolis chavista


La podredumbre de la España mucho antes a la guerra civil de 1936, fue de tal magnitud que uno de sus grandes pensadores, Miguel de Unamuno, llegó a la decepción de definir la situación como de "irrespirabilidad", llegando incluso a compararla con una comunidad de batracios que habitan en un país llamado Batracópolis, es decir, de ranas, sapos, camaleones y tencas.
A juicio de Unamuno: "Las ranas desempeñan el papel del pueblo, de quienes no paran de croar, de mendigar atención a sus representantes porque son incapaces de buscarse nada por sí mismas. Como no existe opinión pública, los habitantes y votantes de Batracópolis son incapaces incluso de dirigirse a sí mismos".
La caótica situación política de España vista por Unamuno para 1916 como de "irrespirabilidad", ¿no es idéntica o peor a la Venezuela del chavismo? ¿Es que acaso, a partir de 1999, los venezolanos hemos tenido buen clima para una respiración colectiva? Pero para entender la tragedia venezolana no hay que ir solo al triunfalismo esperanzador del discurso y la acción del presidente Hugo Chávez Frías a partir de 1998, cuando entusiasmara a los venezolanos al poner al desnudo la corrupción reinante, sino en la llamada oposición corrupta, que negociara el perdón, sobre la base de que Chávez se agotaría solo, sin pensar que quien se desintegraría sola sería Venezuela, hasta verse convertida en una Batracópolis, expresión acuñada por Don Miguel de Unamuno a su España de 1916.
Entonces la Batracópolis venezolana viene hacer hoy el país de los corruptos, incapaces, truhanes, narcotraficantes, terroristas, hazmerreír del mundo, payasos, maletineros, expansionistas, cultores del odio, personalistas, que se retratan en las ranas, los sapos, camaleones y tencas de la Batracópolis de Unamuno y es que, sin duda esa es la Venezuela del 2008 y que se me rompa la cara si es todo lo contrario, porque no me sumo a la corte de quienes no les importa el pasado, menos el daño causado y sus responsables, mientras observamos una especie de negociación en nombre de una "reconciliación" no sé con quién, olvidándonos de los daños y de sus responsables a los fines de un "quítate tú para ponerme yo", como planteamiento del problema y tomo como muestra de ello, solo a nuestro estado Lara.
Unas doscientas personas se están matando para simular ante los ciudadanos que el chavismo debe continuar y se focaliza entre el alcalde Henry Falcón y el gobernador Luis Reyes. El duelo es que el padre quiere que el hijo le suceda en el mando regional, especie de heredero universal. En esa situación están los que quieren ser diputados o repetir como diputados. El primero, vendido como el mejor gerente de la ciudad, claro, la clase alta le agradece depósitos bancarios, transacciones, la jardinería del este de la ciudad, permisos de alta construcción ¡ay! pero el chavismo no le perdona sus amistades miquelinéricas y al parecer le tiene como recompensa a un fiscal del Ministerio Público, a los fines de que ingrese a esa nueva clase de políticos corruptos, pero honrados y peor calumniados que sus colegas de la cuarta república reciben con plácemes, como al ex gobernadores de Yaracuy Eduardo Lápiz y el actual Carlos Giménez, ambos acusados de corrupción.
Mientras se matan en el chavismo larense, la oposición si es que puede llamarse así, tiene un circo que el solo dineral gastado en cuñas, vallas, saraos y potes de pintura para rayarle el frente a la casa de un pendejo nos obliga a preguntarnos: ¿de dónde sale ese dinero? y como nadie dice nada, tenemos derecho a pensar que es de la corrupción o del lavado de dinero, pero tan grave como aquello son las ofertas para cazar electores incautos, porque a sus decires, generarán empleo, llenarán a Barquisimeto de acueductos. Transbarca y el Terminal de Pasajeros serán una realidad los primeros tres meses de gobierno, la seguridad estará garantizada, la salud y la educación serán tan eficientes que darán envidia sus resultados ¡ah! pero de la corrupción, naranjas dulces, cambur pintón, porque de la honradez se encargara la Contraloría General del estado, que todo lo huele, todo lo tapa.
Aclaro que, entendemos que la aspiración política es una regla y más en un sistema democrático, pero el asunto es que estamos en un sistema autocrático que viene aniquilando a la democracia, destruyendo la sociedad al corromper a sus ciudadanos y a sus dirigentes y en esa crisis las aspiraciones por muy legítimas deben ceder a otras voluntades donde se sopese las condiciones éticas de quien o quienes se contarían con el titular de una posición simplemente porque no sirvió, corrompió y se corrompió. No voy dar nombres, pero búsquele usted quien nos lee, las rayas a más de un candidato de la llamada oposición y vaya descartándolos para encontrarse que una figura independiente de los partidos (porque son los primeros que están rayados) pudiera cautivar los votos necesarios para derrotar al chavismo. Esa oposición es tan bofa e irresponsable que ninguno de sus candidatos ha dicho por qué hay que salir de Reyes, para fortuna de él, no sería por corrupto y si es lo Contraloría del estado no lo va a decir, así de sencillo. ¿Ha escuchado usted, alguna voz opositora planteado el caso Yacambú, la salud, educación? ¡No! y menos hablar de corrupción en Hidrorobo por citar un ejemplo y la razón es clara, poder llegar para yo robar.
En Venezuela la corrupción es una "política de Estadio y "El gobierno intenta corromper a los ciudadanos para así someterlos" es la realidad que observa el filosofo y politólogo venezolano Alexis Alzuru (El Nacional 06.04.08) y un estudioso de Maquiavelo, el "negro" Guillermo Meléndez Guédez, analizando estas cosas me decía que los últimos gobiernos nuestros practicaban una verdad maquiavélica: corromper para mantenerse en el poder y Maquiavelo proclama que no hay nada que pare a la corrupción, mediante dinero y licencias, a pesar que el mismo Maquiavelo decía que la corrupción es una amenaza contra la libertad, virtud sin la cual ningún pueblo puede construir su grandeza". Maquiavelo dice además que la corrupción es la privación de la libertad, con esto, el ciudadano corrupto no es libre y hace imposible el buen gobierno.



Jorge Ramos Guerra

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