jueves, 20 de marzo de 2008

Picapedrero

En el país del que no me acuerdo


“En el país del que no me acuerdo/ Doy tres pasitos y me pierdo/ Un pasito para allí/ Un pasito para allá/ ¡Ay, qué miedo que me da!” Son los primeros versos del poema de la argentina María Elena Walsh, que tomamos como título a este Picapedrero, para ilustrar precisamente al país del que no nos acordamos por lo menos hoy, que es miércoles, pero no me acuerdo que fecha, pero sí que, comienza la Semana Santa de la que solo nos acordamos los que vamos a bonchar, unos 14 millones de personas, el resto 13 millones están pelando y quienes nos van a cuidar, para decir al final que hubo menos accidentes que hace cinco siglos cuando llegara Colon, de allí que no me acuerdo cuando los militares después de la guerra de Independencia se cogieron las tierras y como el ejercito bolivariano-chavista según el pueblo …tiene una reserva militar que no duerme en cuarteles sino en geriátricos y que no comen sólidos porque las planchas dentales no aguantan eso.
¿Qué pensar entonces del sistema judicial en el país del que no me acuerdo, por lo tanto no habrá despacho en los tribunales mientras en las cárceles miles de procesados esperan por justicia y en Uribana aprovecharan para bañarse con el agua salada que corren por la penitenciaria “mejor equipada de Latinoamérica”, como dijera el gobernador calderista y chavista que aspira perdón con reelección, pero nadie se acuerda y menos él mismo de la corrupción.

Tampoco el Poder Moral Republicano y la Asamblea Nacional de Chávez se acordaran de la corrupción y de Luis Velásquez Alvaray. Isaías Rodríguez tampoco se acuerda que quiso más al fiscal Danilo Anderson que a su propia madre y que el cura Piñango busco su propia muerte y el defensor del puesto endilgándole a rufián ¿porque a ti te dejaron y a mí me rasparon?

“En el país del no me acuerdo” gobierno y oposición de vacaciones se irán para regresar con bríos a la lucha electoral, donde seremos hermanos para la reconciliación, del “quítate tú para ponerme yo” que se verá compensado, --yo robe tu robaste, el petróleo da para todo bajo la divisa --un ratico pá ti, un ratico pá mi-

En el país del que no me acuerdo/ Un pasito para atrás, y no doy ninguno más/ atrás quedó la derrota constitucional pírrica y escatológica donde naufrago el maletín lleno de dólares que los funcionarios del SENIAT que todo lo pueden, huelen y ven no pudieron detectar ni se quieren acordar ¿porque se fue Vielma Mora, menos de que vive tan flamante funcionario? ¿Y qué fue de vida de los impuestos que la Universidad Yacambú le debe al Estado en el país del no me acuerdo.

En el país del que no me acuerdo ¿Yo insultar a Uribe? ¿Decirle borracho a Buch, ladrón de siete suelas a García, cachorro del imperio a Fox y que el Rey de España me ha dicho ¿Por qué no te callas? ¿Dónde y cuándo? Esos son inventos de la CIA, como los escuálidos inventaron que yo les freiría las cabezas a los corruptos. ¿Qué estoy con las FARC? --eso de la beligerancia fue una metida de pata de Cilia Flores que el Correa de lo copió--¿Qué mande batallones para la frontera ¿Cuándo? –si yo estaba cantando ¡Quisqueya, Quisqueya mía! del maestro Billo – es que definitivamente en este país nadie se acuerda de las vainas y menos de Jesucristo que por aquellos tiempos dijo que mentir era un pecado y yo en los míos, como humilde soldado pero mejor que mi general Baduel lo repito y me repito a mi mismo ¡Hugo no mientas, acuérdate de la abuela por eso inventan tantas. En el país del no me acuerdo/Doy tres pasitos y me pierdo.

¡Semana Santa! apenas me acuerdo de la tía Mercedes regañándome por martillar una tabla un viernes santo. ¿Semana Santa para qué? ¿Para el perdón de los pecados o el olvido de nuestras irresponsabilidades como ciudadanos de eta Venezuela, en estos tiempos con más caimanes en boca de caño que con dolientes? La burda política pulula y supura por todos lados. Chávez perdonara a Falcón para la gobernación y Luis Jonás Reyes va a la alcaldía de Iribarren sin despojarse de sus cargos, mientras los muchachos de la oposición juegan a ver quien raya mas la ciudad.

Así, en el país del que no me acuerdo, Eduardo Lápiz fue acusado de malversación de fondos, Carlos Giménez por tales razones de la gobernación lo sacó, a la cárcel lo mando, de allí se fugo, ahora como no me acuerdo, Lápiz regresa a gobernación y Giménez a la cárcel por malversador y todo por la conseja de las dictaduras militares que “resolver el pasado era peligroso” o en caso muy venezolano ¿se trata acaso de un apatía, desengaños, a propósito o a una amnesia colectiva el no acordarse si no de la historia que nos puede mostrar las consecuencias de nuestros fracasos y debilidades al menos la realidad que vivimos a diario.

En fin, en el país del que no me acuerdo no hay leche, harina, pollo, carne, huevos, queso, total eso no se come en Semana Santa, ya habrá tiempo, cuando comiencen las fiestas patronales de la República, el 19 de abril, 1ª de mayo y 5 de julio quizás entonces las cosa estén peor, arda Troya y nos acordemos de Santa Bárbara cuando truene pensando a solas que:

/Se nos muere Venezuela ¡/Cuando he pensado en la muerte/ no ha estado en mí, quitármela de encima/ acaso en su momento apartársela a los inocentes de las FARC Colombianas/ A la muerte conocí de niño hasta aceptarla y entenderla entre quienes la ofrendaban por un ideal/ y así supe de pueblo y no, por el narcotráfico/ Patria, hijos, fue la orden hoy ciudadanos, no hampones de lo público ni de lo privado menos, con su petróleo corrompiendo conciencias /Ahora, sangre por un hombre hambre por un hombre y por todo ¡PDVSA! siento morirme y no de mis años ni por cariños, sino de tristeza¡ /Se nos muere Venezuela! /¡Si, se nos muere carajo! en hombros de sus acreedores corruptos y demagogos dentro de un maletín de dólares



Jorge Ramos Guerra
ardive@gamil.com

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